El doctor Pedro Green, un eminente   ortopedista del país, perdió ayer la batalla contra el cáncer de páncreas que padecía. Green, de 72 años, falleció a la  1:45 de la madrugada del domingo en Lawrenceville, Georgia, según comunicaron sus familiares mediante una nota enviada a la redacción de este diario por correo electrónico.

A Green le sobreviven su esposa Elsa Guzmán y  sus hijos Marisol, Yira, Ivonne, Vanessa, Karen, Pedro A. y Emmanuel. También sus hermanos, Ramón, Tony, Francisco, Virginia, Inés, Brunilda, Fidelia y Fanny.

Aunque todavía no se ha informado la fecha exacta, los restos del doctor Green serán trasladados en los próximos días a Santo Domingo, donde serán velados en la Funeraria Blandino.

Un médico ejemplar

Pedro Green egresó de la Universidad Autónoma de Santo Domingo  en el año 1962  y se marchó a  los Estados Unidos para hacer su especialidad en ortopedia.

Unos años después, en  1969, enfrentó las situaciones más difíciles que vería en su carrera: fue enviado a Vietnam para servir como médico.

Esa experiencia, que duró todo un año, le dejó imágenes imposibles de borrar. Pese a ello, tal como lo contaba cada vez que hablaba del tema, no tenía ningún trauma psicológico. Le sirvió, en cambio, para fortalecer sus destrezas.

Una vez regresó al país, Green entró al hospital Darío Contreras, donde trabajó durante 25 años. Producto de su práctica allí,  se convirtió en el gran censor de los accidentes de tránsito: desde 1974 publicó anualmente el registro de todos los accidentes.  En el 2004 recogió esas estadísticas en  el libro “Accidentes de tránsito, una epidemia en la República Dominicana”.

En diciembre pasado publicó su segundo libro:  “5 Cánceres, 1 Trasplante y Soy FELIZ”, en el que hablaba con optimismo de cómo enfrentaba esa enfermedad que al final le venció.

Las claves

1. Su primera lucha

Green siempre será recordado como una persona que luchó arduamente contra los accidentes de tránsito.

2.  Cuestión de actitud

Al hablar del cáncer, que ocupó su tiempo desde el año 1996, decía que es importante no desplomarse. Él lo padeció en  5 lugares del cuerpo y jamás perdió el ánimo.