Falpo denuncia auge de drogas en Navarrete

Falpo denuncia auge de drogas en Navarrete

POR GERMAN MARTE
El Frente Amplio de Lucha Popular (FALPO) afirmó ayer que la ejecución de siete jóvenes en Navarrete está vinculada a asuntos de drogas y tiene nexos con la política. El coordinador nacional del Falpo, Fidel Santana, dijo que el incremento del narcotráfico en esa comunidad tiene su explicación «en la actitud indolente, permisiva y hasta propiciativa que han tenido autoridades civiles, militares y policiales por razones de orden político y económico.

Resaltó que en cualquier esquina de Navarrete hay puesto de venta de drogas y todo el mundo lo sabe «los únicos que supuestamente no lo saben son los responsables de perseguir eso».

Sin lugar a dudas, dijo Santana, hay personas que se han estado enriqueciendo con la pervención de la juventud dominicana.

El lunes pasado

El coordinador del FALPO negó que alguno de las víctimas estuviera alguna vez vinculado a esa organización como se ha difundido y explicó que uno de los muertos sí era hermano de un falpista y era adicto a las drogas y le servía a los narcotraficantes.

Insistió en que el caso debe ser investigado profundamente ya que en Navarrete hay sectores interesados en enrarecer el ambiente.

Y agregó que a nivel nacional hay gente interesada en crear un ambiente de violencia, de desatar las fuerzas de la delincuencia por otro tipo de razones ligadas a las contradicciones que se están dando al interior de los organismos militares y policiales del Estado y a las contradicciones políticas».

Sostuvo que desde hace tiempo esa organización, junto a la Iglesia Católica, ha venido denunciando la proliferación de puntos de ventas de narcóticos ante la mirada indiferente de las autoridades encargadas de perseguir ese flagelo.

El dirigente popular afirmó que en Navarrete todo el mundo sabe que los «dueños» de los puntos de drogas pagan entre RD$13 y RD$15 mil semanalmente a los encargados de narcóticos «a los fines de que los protejan» los puntos de expendio de estupefacientes.

Santana dijo que en Navarrete todo el mundo se conoce, por lo que no se explica que las autoridades no sepan quiénes son los narcotraficantes.

Indicó que hace un tiempo fue apresado un narcotraficante apodado «El Cuero» junto a un consumidor, pero a final el primero fue liberado y dejaron preso al segundo.

ERAN MULAS

En relación a las siete jóvenes ejecutados el lunes en una casa en construcción, Santana dijo que los informes que tiene es que ninguno de ellos eran los verdaderos dueños del punto, narcotraficantes, «eran mulas de los verdaderos responsables, algunos de ellos transportaban las drogas y otros servían como especie de guardias del lugar y a cambio recibían porciones de drogas, porque eran viciosos, según las informaciones que tenemos».

Santana recalcó que el aumento del tráfico y consumo de drogas en Navarrete tiene que ver -entre otras cosas- con la decisión de algunos sectores de poder político y económico en la región de hacer frente al auge de las luchas populares del movimiento social y comunitario en ese comunidad, por la vía de soltarle las manos a los narcotráficos y enviciar a la juventud y desviarla.

Al ser cuestionado sobre la veracidad de esta versión, Santana indicó que esa práctica tiene sus antecedentes en San Francisco de Macorís, «donde hubo una política de Estado dirigida incluso por los norteamericanos y la prueba está ahí en el número de muchachos que fueron visados para ir a Estados Unidos y en parte el auge económico que ha tenido esa ciudad como resultado del narcotráfico», dijo Santana.

Expresó que en Navarrete ha habido la intención de desviar a la juventud y aseveró que sectores de poder vinculados al gobierno pasado «están vinculados al narcotráfico» en esa comunidad.

«Lo que ha pasado (el múltiple crimen) no es un problema casual, es un problema políticamente dirigido», señaló Santana, al tiempo de demandar que el caso sea investigado debidamente.

Manifestó que en Navarrete funcionan varias bandas, una de las cuales -a la que pertenecían los muertos- dirigida por un tal Manolo (preso) y otro conocido como Jochy (prófugo), y otra banda encabezada por un individuo llamado Lizardo.

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