Navarrete. El Frente Amplio de Lucha Popular (Falpo) continuó ayer con la escalada de protestas que inició la semana pasada en rechazo del traslado desde la cárcel de Rafey Hombres a Higüey del dirigente popular Braulio Vargas, quien cumple una condena de 20 años por homicidio.

El llamado a paro de labores convocado por el Falpo se cumplió en prácticamente un 100 por ciento y provocó el cierre del comercio, el transporte y los centros educativos. Un contingente policial fue desplegado en las distintas calles de Navarrete. Sin embargo, no se presentaron disturbios ni quema de neumáticos como sí ocurrió en la huelga de la semana pasada.

José Espinal, vocero del Falpo, dijo que esa organización responsabiliza a las autoridades de la Dirección de Prisiones y la Procuraduría General de la República de la situación de Vargas, quien según las versiones que manejan los dirigentes populares, “fue sacado por encapuchados de su celda a las 4:00 de la madrugada del pasado miércoles para llevarlo a Higüey sin avisarle a sus familiares ni siquiera al mismo preso”.