Falta de 6,000 mil butacas trastorna docencia en la UASD

Falta de 6,000 mil butacas trastorna docencia en la UASD

La escena de estudiantes llevando butacas de un aula a otra para recibir docencia no es extraña en las facultades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Los alumnos literalmente “cargan” con el déficit de más de seis mil asientos, que fue identificado por las autoridades  hace unos meses.

Además de las molestias que implica el traslado de las butacas, muchas veces de un nivel a otro dentro del edificio, la carencia provoca deserción y pérdida de horas de clase, ya que muchos  alumnos se desmotivan a asistir o de permanecer en clases de pie.

La compra de seis mil butacas y otros mobiliarios de las aulas supone una inversión estimada en RD$3,420,000, la cual está  en el presupuesto de urgencia de RD$692,706,357  por el cual los profesores, estudiantes  de la UASD desarrollan  un plan de lucha.

Las filas de estudiantes trasladando asientos en cambios de hora pesan además sobre la calidad de la docencia, por las constantes interrupciones de las clases que hacen  cuando van de un aula a otra preguntando por sillas desocupadas.

Testimonios.  “Cada vez que venimos a esta clase tenemos que  buscar las butacas”, expresó Samanta Bisonó, estudiante de Medicina del séptimo semestre, en momentos en que buscaba afanada una butaca entre las aulas de la facultad de Humanidades.

La joven finalmente tuvo que subir a la segunda planta del edificio, desde donde cargó su silla  a la primera.

David Pimentel, estudiante de Contabilidad de 18 años, confiesa que le resulta pesado llegar a la universidad a cargar su silla, estando cansado  de trabajar e incluso con hambre.

“Aquí los estudiantes andan como los caracoles, de un lado a otro con su caparazón en la cabeza”. Con la frase, la profesora Wanda Ramírez, de la carrera de Comunicación Social, reseña lo que ocurre en el edificio de Ciencias Jurídicas.

Aunque Ramírez comparte en tono jocoso, los profesores también sufren  la falta de butacas, ya que los alumnos de otras aulas interrumpen la clase para sacar sillas. “Ellos meten la cabeza y miran, si hay butacas entran a veces hasta sin pedir permiso y se las llevan”, cuenta una profesora de  la facultad de Humanidades que no quiso identificarse.

Zoom

Mal estado

 Las butacas que están en condiciones apropiadas para la docencia conviven con aquellas que deberían de ser sacadas de circulación, ya que no tienen respaldo o no tienen escritorio o le falta parte del asiento. La mayoría está oxidada. En muchas de las aulas del recinto académico, la parte trasera funciona como un pequeño cementerio de butacas, en que los alumnos arrinconan las que no sirven o que son peligrosas.

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