Hombres, armas y equipos de las Fuerzas Armadas y de la Policía se han puesto al servicio de los narcotraficantes. También agentes de la DNCD y el DNI, por falta de controles.
Algunos están presos, otros asesinados o extraditados, muchos se pasean libremente, siguen activos, convertidos en ojos y oídos del narcotráfico en los organismos de inteligencia y seguridad del Estado, atentos a su labor de vigilancia, de protección a los capos y a la droga que trafican.
Entre ellos hay sicarios prestos a ejecutar los crímenes por encargo, los ajustes de cuentas de las típicas vendettas por traición o para silenciar a implicados o a testigos.
Desde sus respectivas posiciones les ofrecen sus servicios al crimen organizado, interceptan e interpretan mensajes codificados, rastrean llamadas sobre labores de inteligencia, silencian o revelan información, poniendo en alerta a los capos. Propician fugas o neutralizan acciones, flanquean la droga hasta su destino, la suplen en las cárceles, utilizan metralletas y fusiles, perros amaestrados, detectores de metales y otros equipos de alta tecnología, aprovechan las ventajas de pertenecer a cuerpos especializados, como el de Seguridad Aeroportuaria.
Dotaciones completas. Con mayor o menor responsabilidad, compensados con millones o miles de pesos, durante la última década creció escandalosamente la incursión de policías y militares de todos los rangos en la narcoactividad, acusando incluso a dotaciones completas: Mao, Villa Consuelo, Cotuí, La Vega, Bonao, Puerto Plata.
Uno tras otro, sin dar respiro al asombro de una ciudadanía consternada por la creciente criminalidad y la debilidad de los organismos de inteligencia del Estado, por el protagonismo de agentes de la Marina de Guerra y la Fuerza Aérea, del Ejército y la Policía en el narco y la delincuencia, en el tráfico humano, el contrabando de armas y mercancías.
No exceden una decena los casos de oficiales de la PN y las FFAA acusados de narcotráfico que fueron develados entre 1970 y 1990, pero de 1990 a 2010 sobrepasan los cincuenta.
Aunque aún pocos, en los años noventa se produjeron escándalos que dieron un alerta, sin que se actuara a tiempo para evitar que ese flagelo contaminara los organismos de seguridad, para controlar la expansión y arraigo del crimen organizado. Por lo inusual entonces, sorprendió la detención el 24 de abril de 1991 en Barahona con tres kilos de cocaína de un oficial médico de la FAD, quien escapó de la sede de la Secretaría de las FFAA. Seis meses después, el 20 de octubre, ocurre otra extraña fuga, un ex teniente de la Marina adscrito al Cuerpo de Ayudantes Militares bajo arresto en la Base Naval 27 de Febrero, implicado en un contrabando de drogas detectado en un apartamento de Rolando Florián.
El presidente Joaquín Balaguer dijo que esos casos ponían en entredicho la disciplina de las FFAA. Pero sin sanciones ni controles, en los años siguientes aumentó la complicidad policial y militar con los narcos, el enriquecimiento ilícito de comandantes castrenses.
Las cuestionadas fugas quedaron bajo un velo de misterio, finalmente diluidas en el tiempo como otras que les sucedieron, dejando interrogantes sin respuesta. ¿Quiénes los ayudaron a huir, quiénes eran sus cómplices en las FFAA? Incógnitas como las que suscitan los militares y policías dados de baja que luego aparecen reintegrados.
En varias ocasiones, el Departamento de Estado norteamericano alertó a las autoridades dominicanas sobre la incursión de agentes en el narcotráfico internacional, pero los acuerdos concertados con la Agencia de los EU para el Control de la Droga (DEA) y otras medidas no neutralizaron la acción militar y policial en el trasiego de narcóticos, que se intensificó. El 2002 marcó un récord con más de 40 agentes acusados de narcotráfico, entre ellos cinco de la DNCD.
En lo adelante esa cifra se supera con creces, cientos de policías y militares de todos los rangos han sido cancelados y sometidos a la justicia por posesión o tráfico de drogas. Un gran revuelo provocó el caso Quirino en 2004, confirmándose que el narcotráfico había permeado instituciones clave, aflorando la ineficiencia o complicidad en los órganos de inteligencia del Estado. Las evidencias imponían un profundo arqueo, investigar, detectar las ramificaciones. Sin mayores trabas, los capos prosiguen sus operaciones, reafirmándose el posicionamiento de militares y policías narcotraficantes en puestos estratégicos y de poder.
Escándalos
El contubernio explosiona con indetenibles escándalos. Aterrada, en medio del continuo bombardeo de drogas, la ciudadanía se entera del asalto a Parmalat, de que investigan por una transacción de narcóticos a un piloto del helicóptero en que viaja el presidente Leonel Fernández. Sin salir del estupor, ocurre la masacre de Paya, Baní, el sometimiento a la justicia de un teniente coronel y un sargento mayor de la FAD adscritos a la DNCD por alegada complicidad con el trasiego de 95 kilos de cocaína. Escucha atónita que oficiales planearon el tumbe de Azua, que descuartizaron a un raso y le llevaron la cabeza a unos narcos colombianos.
Una cadena indetenible que engarzó nuevos cómplices con los implicados en la red del fugitivo capo José Figueroa Agosto, cuyas conexiones e influencia en los estamentos policiales y militares le dotaron de un carné del DNI y permisos de armas de las FFAA, le permitieron operar en RD diez años impunemente.
Zoom
Dotaciones completas
MAO: Arrestan en 2002 a toda la dotación de la DNCD, acusada de cobrar RD$100 mil a un capo.
VILLA CONSUELO: La DNCD desmantela el 6 de octubre de 2007 un laboratorio de crack, en el edificio del destacamento policial y apresa a oficiales y rasos.
LA VEGA: Detienen la dotación de la PN el 10 de marzo de 2009 por negligencia en la persecución del delito. Cancelan dos coroneles, el comandante, el jefe de Investigaciones y un mayor.
AZUA: Investigan la dotación policial completa sobre la denuncia del senador Wilton Guerrero de que más de 20 oficiales dirigen el narcotráfico en esa provincia, a quienes señala como autores del tumbe de drogas del 30 de julio de 2009, en el que murieron un sargento mayor de la PN y dos presuntos narcotraficantes.
BONAO: El 28 de enero de 2009 destituyen al comandante y toda la dotación de la PN del municipio: un coronel, tres mayores y otros, por alegado cobro de peaje a un presunto narcotraficante. En marzo dictan medida de coerción contra 14 de 21 apresados.
PUERTO PLATA: Cancelan y someten a la justicia el 16 de febrero de 2009 a 22 agentes policiales, incluidos diez oficiales, acusados de diversos delitos, desde cobrar peaje hasta la ejecución por encargo de tres presuntos narcos en una operación disfrazada de intercambio de disparos.
Antecedentes
Noticias del narcotráfico
1990
La DNCD decomisa el 14 de septiembre 1,389 kilos de cocaína, el mayor en ese decenio. El 21 de noviembre desmantela una banda de narcotraficantes, a la que incauta 163 kilos de cocaína.
1992
Detienen a un sargento, dos rasos del EN y varios civiles, tras aterrizar en Mao el 16 de agosto un avión con 626 kilos de cocaína, llevada a la finca de un ex teniente policial en Salcedo. Trasciende que podrían estar implicados pejes gordos. Ese día el cardenal López Rodríguez pide a las FFAA expulsar a los militares vinculados al narco, y advierte que se quiere envolver al país en las perversas redes del narcotráfico.
1993
El obispo de Barahona, Mamerto Rivas, dice el 17 de septiembre que los organismos encargados de enfrentar el narcotráfico no cumplen su cometido, y que los narcos manejan sus negocios desde las cárceles.
2001
Arrestan a un grupo de militares el 13 de junio en el aeropuerto de Puerto Plata, vinculados al intento de transportar 20 paquetes de cocaína hacia EU.
2002
El 9 de junio la DNCD detecta en el aeropuerto de Punta Cana, Higüey, un contrabando de 40 kilos de cocaína y 35 de heroína, arresta a cinco de sus miembros, a dos militares venezolanos y cuatro civiles, integrantes de una red formada también por colombianos, haitianos y cubanos.
2004
El 18 de diciembre apresan al ex capitán del Ejército, Quirino Paulino Castillo, propietario de 1,387 kilos de cocaína incautadas en una camioneta donde viajaba el teniente coronel PN, Terrero Nin.
2005
El 14 de diciembre arrestan, junto a cuatro civiles, a un ex capitán de la DNCD de servicio en el aeropuerto de Punta Cana, acusado de colaborar con narcotraficantes que venían utilizando esa terminal para traficar drogas. Revelan que era jefe de operaciones de la DNCD en Higüey y en 1998 fue detenido en Texas con 12 kilos de cocaína, no obstante, estuvo luego en la seguridad de un alto funcionario.