Falta de imaginación y creatividad para gobernar

Falta de imaginación y creatividad para gobernar

La imaginación y creatividad que por  vía de los expertos en publicidad  con frecuencia utilizan los políticos para llegar al poder, causando impactos positivos y consignas pegajosas, es precisamente lo que les falta en cuando llegan al gobierno. Casi siempre se  ciñen a unos esquemas y proyectos que  aplican, no importa si proceden de  latitudes con idiosincrasia diferente a la  nuestra. Una vez en el poder se valen de las mismas metodologías aunque con diferentes estilos. Saturan el país de publicidad basada en  repetición de ilusiones, que al parecer les bastan mucho más que las de hacer cosas parecidas a lo que el país y  la gente en realidad necesitan.

Publicidad tratando de crear imágenes ficticias, pero que lamentablemente influyen en la percepción de mucha gente con necesidades, que casi siempre mantienen la fe en que algún día las cosas habrán de cambiar, pues no encuentran otra salida que la de dejarse arrastrar por los cantos e ilusiones, porque no hacerlo sería quedar sin salidas ni esperanzas.

En el ejercicio del poder parece como si  existiera una especie de patrón al cual cada uno se adapta o acomoda,  alejando las posibilidades de cambios. Casi todo se convierte en una repetición sin muchas diferencias. Hablando más o hablando menos; gesticulando diferente; vistiendo formal o informal, pero en el fondo, los mismos patrones, los mismos asesores y los mismos proyectos aunque con diferentes promotores. Lo mismo en todo, menos  las necesidades y problemas de la gente, que aumentan cada día.

Parece que la preocupación de los aspirantes en cuanto a las necesidades reales del país, se han borrado tan pronto como alcanzan el poder. A partir de ahí, los protagonistas ya no son los votantes y sus necesidades, sino algunos de  los que les acompañaron durante sus recorridos, junto a determinados grupos de poder. De esos que por años han acumulado experiencias y recursos precisamente para que nada cambie y todo continúe igual. Por eso no han valido los discursos de cambios ni de liberación, a la postre todas las promesas han terminado en el mismo zafacón del olvido.

Ante la tragedia que vivimos, ahora más que nunca  hacen falta políticos y gobiernos con mucho más imaginación y creatividad. Diferentes, no solo en conductas personales que son importantes, sino en la aplicación de medidas distintas a las que se han utilizado, pues lamentablemente no han podido sacarnos del atraso, el desorden, la miseria y la inseguridad,  acompañadas de  corrupción que  crece vertiginosamente en todos los segmentos de la sociedad.

Hace falta un gobierno que se decida a hacer las cosas de  forma diferente. Sin temor a cambiar las reglas que no han funcionado y sin dejarse seducir por determinados sectores  que siempre pretenden dictar leyes y decretos para que todo se quede igual.

Un gobierno que entienda, que lo más importante es que las personas puedan satisfacer sus necesidades fundamentales, no exclusivamente los grupos cuyas ansias no tienen límites.

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