Una de las cosas que han hecho poco efectivas las reformas de la Policía Nacional a lo largo de la historia del país, es que han sido conformadas durante picos de violencia y crímenes escandalosos que consternan a la ciudadanía y no a partir de diagnósticos, estudios y planificaciones integrales.
Así lo consigna la investigación “La reforma policial en República Dominicana: una visión comparada”, publicado ayer por el Observatorio Político Dominicano de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode), que señala además, que las reformas policiales han estado basadas en las experiencias de otros países, obviando la historia, cultura y realidad nacional.
Otra de las causas que provoca eal fracaso de las reformas de la Policía, según el estudio, es que tienden a “mal copiar, emular o calcar modelos de otros países”, sin el análisis o reparo en las características centrales de la situación nacional, en las especificidades de esos planes y en los fallos o aciertos en su implementación.
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Elementos a incorporar
La investigación, autoría de Vladimir Rozón, coordinador de la Unidad de Partidos Políticos y Sistema Electoral de Funglode, sostiene que existen cuestiones fuera de la reforma policial actual que deberían ser incorporadas.
Entre esos puntos, señala el estudio, está estudiar el modelo policial dominicano desde su formación y ver los programas y reformas en materia de seguridad desarrollados en la historia de la nación, para saber si son procedentes o no. Precisa que antes de estudiar otros países, debe estudiarse a República Dominicana.
Recomienda analizar la cultura policial y hacer cambios en su formación militar originaria, pasando de las políticas de “mano dura” a las de prevención. Es decir, del modelo reactivo de policía a uno basado en inteligencia.
En ese sentido, Rozón exhorta a las autoridades desarrollar diagnósticos de los problemas de seguridad que enfrenta la ciudadanía, identificar prioridades y definir propuestas de soluciones, a fin de determinar un conjunto de metas y objetivos de la policía.
Pero además de eso, sugiere descentralizar la Policía Nacional y crear una policía local o municipal con formación en el seguimiento y la detención de delincuentes comunes, incluyendo una redistribución de los agentes y colocando un mayor número en zonas de más riesgo.