Con una arraigada tradición cultural, deportiva y religiosa, Cristo Rey, en el noroeste del Distrito Nacional, con más de 300 mil habitantes, se encuentra estancado económicamente, ya que el mercado permanece cerrado y sin fecha fija para su apertura, además de un servicio energético deficiente y caótico.

De acuerdo a comerciantes y dirigentes comunitarios consultados por este reportero, durante el día prácticamente no existe el servicio de energía eléctrica, mientras la concentración de viviendas en lugares limitados provoca la improvisación de basura en avenidas periféricas, como la Paseo de los Reyes Católicos.

A pesar de ser un sector de gente pobre, ubicados en 16 barrios, en su mayoría grandes hacinamientos, la delincuencia no es la mayor preocupación para comerciantes y la Plataforma Coordinadora de Organizaciones de Cristo Rey, lo que atribuyen al trabajo de base y acompañamiento que patrocinó el padre Rogelio Cruz cuando fue párroco en el lugar.

Manuel Mejía, presidente de la Asociación de Hermanos comerciantes de Cristo Rey, sostiene que el cierre del mercado ha sido uno de los factores que mantiene estancado a Cristo Rey, lo que al mismo tiempo abre paso a la informalidad en el sector que se riega por todas las calles y avenidas. Dice que por falta del mercado, a pesar de que la nueva estructura lleva dos años terminada, los suplidores se han alejado, ya que la informalidad se ha apoderado de las calles, obstaculizando el libre tránsito.

A pesar de que está terminado, el mercado de Cristo Rey no ha sido entregado al Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN), como sucedió con el de Villa Consuelo.

 Otra de las preocupaciones del dirigente comercial y de la iglesia Monte de Dios, es la falta de energía eléctrica, por lo que estima una baja en las ventas de entre un 40 y 50 por ciento, ya que prácticamente han dejado de vender embutidos, carnes, bebidas como cervezas, refrescos, enlatados y otros.

El grito es también de Jorge Núñez, presidente de la Asociación de Comerciantes de la Calle 41, quien fue más lejos y amenaza con ocupar las nuevas instalaciones del mercado. Más  de 500 vendedores ambulantes ocupan la Calle 41, una de las más emblemáticas del lugar.

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Trabajo de base

Tony Estrella, director de la Casa de la Cultura, cree  que esa barriada es una de las menos violentas, lo que atribuye a que al padre Rogelio Cruz desarrolló un trabajo intenso con los jóvenes y las familias.  Destacó que en casi todos los concursos culturales los muchachos de esa barriada ganan o quedan en los primeros lugares, lo mismo que en lo deportivo, ya que existen dos grandes clubes.