Falta educación enfermedades endémicas

Falta educación enfermedades endémicas

POR ALTAGRACIA ORTIZ G.
La malaria, la filariásis linfática, el dengue y las parasitósis, son enfermedades controladas por el sistema sanitario domininicano, pero alrededor de ellas hace falta un mayor incremento de la educación ciudadana y colaboración de instituciones afines.

La reflexión corresponde al doctor José Manuel Puello, director del Centro de Control de Enfermedades Tropicales (CENTET) y al equipo de entomólogos de esa institución.

Aunque la misión del equipo es controlar los vectores que transmiten enfermedades, consideran importante que las comunidades se vayan apropiando de la idea de que son enfermedades endémicas, que viven con la gente.

“Lo importante es que la gente sepa que debe aprender a prevenir enfermedades, y en caso que la enfermedad se desarrolle, entonces el control sanitario debe manejarla de forma que no haya mortalidad”, expresan los entomólogos del CENTET.

En torno a enfermedades, que aunque altamente discapacitantes, como la filariásis, la gente tiene conocimiento adecuado de las mismas, pero existe un gran desconocimiento en torno al dengue y la malaria.

“La gente identifica que debe medicarse en torno a la filariásis”, sostiene un informe, “si tiene fiebre. Muchas veces la gente se automedica hasta con antibióticos, si tiene fiebre, y eso puede complicar el cuadro febril”.

Desde hace semanas, la gente reporta desde diferentes puntos del país la ocurrencia cada vez más frecuente de casos de dengue y malaria, enfermedades endémicas de la República Dominicana y producida por la picadura de los mosquitos Aede aegypti y Anófeles.

Sin embargo, las autoridades de Salud Pública minimizan el reporte del incremento de los casos, tras asegurar que se trata de dos problemas endémicos.

Puello, director del CENTET, negó que haya un incremento de los casos de malaria y aunque aseguró que casi todas las semanas se reportan casos de dengue y malaria, precisó que se trata de enfermedades propias de la nación.

De su lado, la directora nacional de Epidemiología, doctora Elizabet de León, indicó que no ha habido un incremento en los casos de dengue.

“Lo más importante es que la gente sepa que debe sumarse al proceso de prevención”, insistieron ambos funcionarios, quienes fueron entrevistados por periodistas de HOY.

“No hay reportes significativos de casos de dengue, pero se trata de una enfermedad que vive con los dominicanos, por lo que la gente debe aprender todo lo relativo a ella”, sostuvo de León.

Precisó que la curva de dengue está por debajo del año pasado, aunque reconoció que en enero de este año se reportaron casos de dengue hemorrágico, sobre todo en niños cuyos padres los habían medicado con aspirinas y antibióticos. En caso de que un niño o un adulto reporten casos febriles y tanto la familia como el médico sospechen que puede ser dengue, no se le debe medicar con aspirinas y antibióticos, porque con frecuencia ese tipo de medicamentos alteran el cuadro. En el país se han reportado casos de dengue en comunidades como Santo Domingo, Herrera y en Santiago de los Caballeros. Se recomienda que se dé mucho líquido a la gente afectada y que como medida preventiva se coloque cloro en los bordes de los tanques. En caso de que sea necesario acumular agua en los tanques, la gente debe taparla y untarle cloro puro.

Con relación a la malaria, Barahona, Bahoruco y Azua son las provincias que más casos reportan. Aunque por lo general las autoridades se niegan a establecer la vinculación de la malaria con el flujo migratorio, los expertos aseguran que la realidad es que las cifras de inmigrantes trabajadores afectados es más significativa que la nacional. También se reportan casos febriles en San Juan de la Maguana e Independencia.

FILARIASIS

La filariásis linfática afecta a más de 250 millones de personas en el mundo y es considerada la segunda causa de discapacidad crónica evitable. La gente conoce esta enfermedad con el nombre de elefantiásis.

Se trata de una enfermedad fundamentalmente urbana, explica el doctor Puello, quien trabaja en forma asidua para el control del vector en las provincias del Sur y en algunos sectores de Santo Domingo.

La filariásis linfática no sólo se asocia a la pobreza, sino  que además se profundiza en el núcleo familiar y en  individuos. Esta enfermedad por lo general tiene una gran repercusión a nivel laboral, emocional, social y en el plano económico. La persona afectada puede llegar a perder su empleo y tiende a sentir niveles de rechazo reales o imaginarios, sostienen los expertos.

Para el control de esta enfermedad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) asumió en 1998 el compromiso de realizar acciones de eliminación en los países que mantienen la transmisión de la enfermedad.

En la región de las Américas existen siete países con historia de transmisión de filariásis, entre ellas la República Dominicana y Haití. En el país, de acuerdo a algunas documentaciones, se sostiene que hay presencia de transmisión en el 80 por ciento del territorio nacional.

En Santo Domingo se conoce un foro de transmisión en La Ciénaga, Guachupita, Los Guandules y María Auxiliadora. Todos estos son barrios empobrecidos que colindan con el río Ozama.

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