Debemos aspirar a una vida más civiliza- da que no sea eliminando niños y niñas
Les confieso. El tema no es fácil. Muchos se horrorizaron cuando se habló de que este tema tabú sería impartido en las escuelas.
Sí, enseñar a los niños y niñas el funcionamiento del cuerpo humano.
Enseñarles todos los riesgos de una relación sexual.
La posibilidad de un embarazo no deseado. La violación. La relación no consensuada.
La responsabilidad de dar vida a un ser humano: su manutención, ropa, medicinas, cuidado de esa persona que ya no le pertenece.
Y enseñarles, a nuestras niñas y también a las adolescentes, el uso de la píldora de un día después. Repartirla gratuitamente en las boticas de las escuelas cuando las niñas la soliciten y gratuitamente en todas las farmacias del país.
Y si de todas formas sale embarazada, a pesar de todo ello, entregar el niño al Estado.
¿Al Estado, me dirán algunos? Para ello el Estado debe habilitar centros de acogida de niños no deseados. Es mucho el dinero que se gasta inapropiadamente. La vida de un ser humano está por encima de todo.
Conozco niños cuyos padres no planearon su supervivencia.
Hoy, son seres extraordinarios que nos llenan de orgullo.
Casos especiales, siempre los habrá: una madre cuya vida peligra; etc.
Y los hombres que practican el incesto, el longevo que seduce una adolescente deben recibir todo el peso de la ley.
Que cada familia tenga su vivienda; que nunca los niños y jóvenes compartan una cama con adultos.
Tenemos que aspirar a una vida más civilizada que no sea eliminando de antemano los niños y niñas que mañana serán los habitantes sobresalientes de este bello país.