En la parte baja del sector La Zurza, a orillas del río Isabela, coinciden varios problemas, pero casi todos aquí aseguran que la tanda de apagones de hasta siete horas consecutivas frena el normal desenvolvimiento de las variadas actividades económicas.
Empleados del colmado Molín, en la calle Héctor J. Díaz, expresaron que en la última semana de mayo pasaron cuatro días sin energía eléctrica, con la pérdida de mucha mercancía refrigerada.
Félix de Jesús Flores, a cargo de la bodega, manifestó que llamaron varias veces a la Distribuidora del Este para que corrigiera la avería. “Se dañó el embutido, la leche, los vegetales; muchas cosas”.
Al otro lado de la calle, en la empobrecida zona, cerca del río Isabela, está el caserío que ubicó la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (Opret), en la gestión del constructor del Metro de Santo Domingo, ingeniero Diandino Peña. Aquí, próximo al puente Francisco J. Peynado y la avenida Máximo Gómez, Leydi Mejía se quejó de la dificultad para vender jugos. La energía eléctrica la suspenden desde las 10:00 de la mañana hasta las 4:00 de la tarde. La luz no viene y cuando viene, dañada”. Dijo que con frecuencia tienen que pagarle a un vecino para que repare el cableado, que suele incendiarse.
Sugeidis Polanco y Ramona Adames, su vecina, dijeron que otras veces la energía retorna a las 7:00 de la noche y se las quitan a las 10:00 de la noche. Sugeidis, quien vive alquilada en una casa de madera, sostuvo que las amas de casa no pueden lavar ropa y preparar alimentos con licuadora. Adames admite que tienen el “bono luz”, pero reclama más energía.