La escasez de mano de obra para las diversas labores agropecuarias que se realizan en el valle de esta provincia, está generando mucha preocupación, y la situación es de tal magnitud que ya se está generando retraso en la frecuencia de prácticas culturales, como regadío a fincas de habichuelas, recolección de limones y vegetales.
Otro sector afectado con lo antes expuesto es el clúster de limones, cuyo producto en muchas plantaciones, más de 25 mil tareas, se están madurando en las matas, lo que provoca que los precios se reduzcan hasta un 50%, según cifras ofrecidas por cultivadores de esa fruta.
Como el 95% de la mano de obra agropecuaria que se utiliza en la zona es haitiana, durante el periodo navideño el 90% de quienes se dedican a vender su fuerza de trabajo en fincas regresan su país, Haití, y una gran parte no ha retornado.
Dos razones principales impiden el regreso de lo que los productores agropecuarios de esta provincia definen como “mal necesario”, el reforzamiento de los puntos vulnerables para su ingreso a este país en la franja fronteriza, y la pandemia covid-19, porque ellos alegan que aquí los niveles de contagiados superan con creces los de su país.
Los presidentes de la Asociación de Dueños de Factorías de Arroz, Alejandro Ramírez Bidó; del Comité Agropecuario Unitario (CAU), Manuel Matos Pérez, y de la Cooperativa de Ganaderos del Sur (Coopresur) Víctor Matos Pérez, confirmaron que hay preocupación porque cuando un cultivo demanda ser impactado con repaso, regadío u otra actividad no espera para otro día.
Ramírez Bidó y Matos Pérez sugieren al Gobierno que se les permita contratar, por ciclos de cultivos, la cantidad de obreros haitianos que necesite cada productor, quienes pagarían los costos de los permisos que la Dirección General de Migración en Comendador, Elías Piña, otorga a esos extranjeros.
Esos carnés deben especificar lo siguiente: nombre del empresario agropecuario, residencia y ubicación de la finca donde los contratados trabajarán.
Con esas especificaciones se procura que solo los pueda contratar un productor y si son sorprendidos deambulando fuera del área establecida puedan ser repatriados.
Los dirigentes agropecuarios también señalaron que, aunque constituye un peligro para cualquier país que la producción agrícola dependa de extranjeros, no hay más alternativa porque los dominicanos desertaron de esa actividad.
En cuanto a los reclamos de los sectores nacionalistas que exigen que el Gobierno controle más la migración haitiana, refirieron que es muy fácil hacer planteamientos sobre la soberanía pidiendo la expulsión de haitianos, sin tener un solo centavos en la actividad empresarial más vulnerable, como es la producción agrícola.