El domingo pasado hice un viaje de ida y vuelta a Mao y en el trayecto no vi una patrulla policial en movimiento o estacionada en ningún punto de la carretera, aunque debo admitir que me encontré con tres camionetas de asistencia vial de Obras Públicas, pero estas no intervienen en el control o regulación del tránsito vehicular
Las estadísticas de los accidentes en las carreteras del país, establecen ese día de la semana como el de mayor número de tragedias, lo que es comprensible dado el movimiento vehicular que se origina con el regreso a la capital de los miles de vacacionistas que se desplazan por todo el país los fines de semana.
Si a esto agregamos que una gran mayoría de los conductores ha tomado alcohol, porque es parte de la cultura del dominicano, la peligrosidad del trayecto aumenta considerablemente al punto que hay desaprensivos a quienes hay que abrirle paso a la mala para evitar un accidente por la forma temeraria en que conducen.
Eso se repitió más de una vez, así como la ocupación irregular de los carriles del centro o de la izquierda por parte de vehículos pesados o de carga, como el autobús de Caribe Tour ficha 330, que el domingo en la mañana, camino al Cibao, ocupaba permanentemente el carril izquierdo entre Bonao y La Vega, dificultando los rebases.
Si al igual que el ministerio de Obras Públicas, la Digesett o la INTRANT, pudieran desplazar personal de vigilancia y patrullaje a lo largo de nuestras autopistas, es posible que desgracias como la ocurrida a los cinco mozalbetes de San Francisco de Macorís, se hubiesen evitado.