Faltan los frenos

Faltan los frenos

BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO
Quien, jinete de un caballo mojado de sudor mientras sube una jalda bien pronunciada,  tiene la desdicha de no poder sostenerse de la crin del animal, resbala lentamente y cae sobre el tronco de un árbol cortado con hacha, sabe lo que es la falta de frenos. Los frenos son fundamentales para todo en la vida. Si cada quien hiciera lo que le viene en ganas, el caos se impondría y volveríamos (no estamos lejos) a la edad en la cual la sociedad aún no había creado las reglas para la convivencia.  Las elecciones de medio tiempo ofrecen la oportunidad de que los pueblos puedan rectificar, si los gobiernos no satisfacen sus expectativas y dejan de cumplir sus promesas.

Felizmente este gobierno nuestro (que Dios se lleve pronto) ha trabajado de manera tan eficiente que en República Dominicana los apagones forman parte de una historia que nadie quiere recordar, la falta de agua potable es ahogada cuando uno abre la llave de paso de cualquier instalación doméstica.

Aquel caos del tránsito que los gobiernos anteriores dijeron que arreglarían y que en su oportunidad complicaron, tiende a desaparecer con la construcción de la primera parte del Metro de Santo Domingo, que correrá de Villa Mella al Centro de los Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo.

Las noticias relacionadas con un supuesto crecimiento de la delincuencia son fruto del manejo malsano de informaciones que la oposición se ocupa de magnificar.

Modalidades tales como robo de camiones cargados de combustibles, o cargados de alimentos, fueron planeados en el gobierno anterior y se ejecutan ahora, para intentar desacreditar esta administración que ha trabajado en el orden público de modo tal que ahora tenemos «barrios seguros».

El Partido de la Liberación Dominicana alfabetizó nicaragüenses a finales de la década de 1970 pero no creó un plan para enseñar a leer y escribir en su país y ahora (aplauso por la genialidad) llamarán a los cubanos para que alfabeticen a nuestros iletrados, pues somos incapaces de diseñar, crear, poner en marcha y ejecutar un plan nacional de alfabetización que sea efectivo.

La situación de la salud, agricultura y otros aspectos importantes de la vida nacional están bajo control de las autoridades. No hay problemas, dice la gente del gobierno.

El comercio vive su mejor época: hay que enviar el 1.5 por ciento de las ventas y el 16 por ciento del ITEBIS de ventas no cobradas, lo que descapitaliza el comercio pero fortalece el gobierno.

Y aunque las arcas del gobierno se revientan de impuestos cobrados a la cañona, se dan en concesión las carreteras más importantes del país, se toman cada día más préstamos al extranjero y nadie sabe qué se hace con dineros tales como los del acuerdo petrolero con Venezuela, la venta de Verizon. Pero no hay freno. El gobierno hace lo que le da la gana. Hay una dictadura de la mayoría que no respeta nada. No se detiene en ninguna parte, como la corrupción.

Se necesita un freno que pueda decirle a éste o a cualquier gobierno del presente, mediante un plebiscito, mediante una consulta popular no importa el nombre:

 !Basta ya!

Basta de viajes, lujos, desperdicios de dineros del pueblo en pendejadas, mientras la nación se hunde, lentamente, en un mar de mal oliente corrupción que parece permear todas las instancias públicas y privadas. Sin excepción.

¿Debemos permitir tal situación de deterioro?

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