La prensa diaria trae muchas noticias, que reflejan una parte de la realidad nacional. Se habla de precios, supuestas inversiones, aumentos de sueldos para legisladores, escandalosos sueldos,  prestaciones y ventajas de altos funcionarios, sin contar los ingresos provenientes del tráfico de influencia y los porcentajes por asignación de obras públicas.

El mundo debate la crisis financiera que afecta los sistemas de los países desarrollados donde se jugó con bolsas que ofrecían el brillo de acciones sin respaldo en la producción, de malabares hechos con base a promesas de prestidigitadores económicos, vendedores de ilusiones, aquí se quiere vivir como si nada estuviera pasando.

El Gobierno, blindado, vive del otro lado de una pared a través de la cual no se ve nada. ¿Qué el agua cubre una buena parte de la superficie agrícola de la hoya del lago Enriquillo, y qué?

¿Qué se permite la reconstrucción de casuchas en la orilla de los ríos, y qué?

¿Qué continúan los mismos problemas viejos por la falta de aulas, pupitres, higiene en los planteles escolares y baja calidad de la enseñanza, y qué?

¿Qué mientras la seguridad social más dinero saca de los bolsillos de los empleados  peores servicios se prestan, cuando se prestan, y qué?

¿Qué cada día hay que comprar más alimentos extranjeros debido a la falta de incentivo y baja producción agropecuaria, y qué?

¿Qué aumenta la desconfianza en el manejo del presupuesto de la nación, debido a que no se aplica a inversiones lo que requiere y demanda el país con urgencia, y qué?

¿Qué crece la importación de madera mientras aumenta la desaparición de la cubierta boscosa mediante la deforestación incontrolada, y qué?

¿Qué en muchos casos aunque haya una buena producción agrícola los frutos se pierden por falta de caminos y almacenaje adecuados, y qué?

¿Que cada día es mayor la diferencia entre el uno o dos por ciento de la población que tiene acceso a todos los adelantos de la civilización actual, a la tecnología de punta y más del 90 por ciento de la población que carece de facilidades para necesidades elementales como el agua potable, la luz eléctrica confiable y a precios decentes, y qué?

Hay un escaso segmento de la población que vive mientras la mayoría padece en el camino hacia la muerte.

¿Y qué? ¡Aja! ¿Acaso piensa usted que esa mayoría que carece de toda oportunidad de vida y de progreso, permanecerá callada, pisoteada, fuera del camino de la civilización, mirando que hay otra forma de vida, sin hacer nada?

Lástima que el país no tenga planes claros para enfrentar con soluciones a fondo, la falta de oportunidades. Los reales problemas de la mayoría, los que sólo se atienden cuando estalla una huelga, por ejemplo, carecen del espacio que merecen en la prensa diaria. El panorama es tétrico, pero real. Mientras, la delincuencia crecerá como la verdolaga, ¿y qué?