Faltaron pétalos de rosas

Faltaron pétalos de rosas

Amanda Castillo
Cuando nos enteramos que el Señor Presidente doctor Leonel Fernández viajaría a Haití no dejamos de preguntarnos de quién seria la idea de hacerle hacer una insegura visita al vapor, ya que se trata de un Jefe de Estado.

Si bien que Haití es polo de captación turística poco atractivo, no es un país cualquiera; casi todo el mundo sabe donde está Haití no obstante su pobreza y faltas de luces de neón: es un destino que no deja de tener cierta fascinación; para un turista curioso, definitivamente hay un encanto en el ambiente haitiano muy a pesar de la miseria y la inexistencia de las instituciones. Haití y los haitianos tienen una especie de charme que hace que la brisa sople trayendo algún aroma de trópico y especies en las noches, de sensualidad y magia. Haití Cherie, tiene un lugar especial en el imaginario de aquellos que por alguna razón histórica nos encontramos con Jacques Vieux, Leonel Vieux, Manigat, Anthony y en fin aquellos que de alguna forma nos hemos encontrados con la miseria, el éxodo, la literatura, la autenticidad, la belleza de toda aquella tragedia humana, el deambular de la gente en las calles sin aceras, sin cloacas… sin nada.., caminando hacia ninguna parte, mientras amanece.

Haití nos duele, lo llevamos dentro, desde siempre cuando veíamos de niña, aquellos Catarey, repletos de braceros, de pie en la esplendidez de nuestro sol de la 1 p.m. En fin Haití está en algún lugar de nuestra piel.

Pero ir a Haití en este instante nos resultaría incómodo, y menos recomendarle a un Presidente de ir, ya que no encontraríamos el espacio confortable para llevar a cabo una discusión sencilla, sin interlocutor alguno, todos están muy preocupados, ocupados y dispersos, muy dispersos, esta es una característica del escenario político de Haití, hay demasiados candidatos para la magnitud de un Estado inexistente. Donde se pretende ofertar soluciones mientras el pueblo ha seguido creciendo en una infinita miseria, manipulado por ciertos grupos en una especie de nirvana del caos donde algo funciona y todo es posible menos la racionalidad. Llegar a Haití en viaje de turismo puede resultar riesgoso para cualquier turista experimentado pero llegar a Haití en viaje de acercamiento protocolar para intentar armonizar cualquier cosa vinculada con las relaciones de países limítrofes, es una aventura diplomática, porque es ir a hablar con interlocutores incapaces de escucharse entre ellos mismos y que tristemente solo son figuras de transición del movedizo, imprevisible e inconsistente escenario político haitiano.

Por eso, no pude dejar de sentirme triste cuando observaba en mi televisor que la visita de nuestro presidente, había estado matizada por ciertas manifestaciones de la población y que saldría en la prensa internacional que la población haitiana había repudiado el gesto de buena voluntad que marcó la presencia de nuestro Presidente en aquel inhóspito escenario.

El no se merece esto, independientemente, que no es el mejor momento tal vez para hacer visitas, sus asesores han podido advertirle. Si bien es cierto que nuestro país no ha logrado definir su política migratoria, y algunas cosas han sucedido propias de las características del flujo indocumentado y clandestino, injusticias, etc. Haití debió recibir con pétalos de las rosas, de esas que sus jardines resecos no producen, desde las escalerillas del avión y hasta el Palacio de «gobierno», sí señor pétalos de rosas, porque lo quieran o no, República Dominicana es el único polo receptor internacional del éxodo migratorio haitiano en la actualidad, y eso tiene unas dimensiones socio económicas y socio políticas, que ellos ni nadie ha medido, y remite a unos toques de agradecimiento aunque sean discretos, ya que la gente migra, no ejerce presión sobre su sociedad en este caso, la sociedad haitiana, pero el país que recibe un flujo migratorio de esta naturaleza, el Estado que recibe, incurre en un gasto social que deja de beneficiar a su población para asistir a los que llegan, recibir un flujo como este, tan persistente, tan carente de identificación, tan ilocalizable, tan desposeído tan incalificable tiene repercusiones interétnicas, de mestizaje, de trasculturación, de extrapolación cultural, de negación de identidades, de injusticias y de enfrentamientos interétnicos impostergables. Tenemos que dejar de sentirnos culpables, por la tragedia haitiana, tenemos que dejar de ser tan irresponsables con nuestra realidad, tenemos que ser más concientes de nuestras capacidades negociadoras, tenemos que dar lo que podemos dar, bien, si no, no demos nada.

Estamos en el mejor momento para dejar que los hermanos haitianos resuelvan sus problemas, ellos… Nosotros tenemos la capacidad de ordenar nuestro espacio poniendo reglas de captación de flujos migratorios, y cumpliéndolas, es necesario que lo hagamos objetivamente, pero es necesario hacerlo ya, si no nuestras relaciones con el vecino seguirán siendo hipócritas, vacías de contenido, de desconocimiento de una realidad plena de riquezas, no materiales, pero que nos arrastra hasta su devenir y que generara grandes conflictos interétnicos en nuestro país.

Si los haitianos se sienten tan incómodos por lo mal que los hemos recibido en la actualidad, lo que les motiva a vociferar en los Foros internacionales sus desventuras en estas tierras, si bien que hemos podido darles algo desde el siglo XIX, so pena de que algunos hayan sido explotados sin misericordia. El momento ha llegado de que les dejemos en su espacio, hasta que seamos capaces de acogerlos en otras condiciones así que invito a las Autoridades a que dejen de sufrir humillaciones internacionales y que cerremos las puertas del flujo migratorio en general, como lo han hecho los EEUU, Europa, Marruecos etc. como lo hace cualquier país que respete su soberanía, eso nos permitirá pensarnos, elegir la mano de obra que queremos y cuando la queremos.

La política migratoria de un país no es cuestión de un grupo y de unos intereses, es una cuestión de Estado, que involucra lo quieran o no los gobiernos a todo el pueblo y que compromete muchas cosas sobre todo la paz social y la autoestima nacional.

Publicaciones Relacionadas