Nivio y Fellita Caamaño, Pedro y Cynthia Dipp Caamaño, Milagros Caamaño Deñó, María Paula Acevedo y César Caamaño Grullón (Cuqui). Aracelis Mena.
“Yo me quedé boquiabierto cuando leí ese artículo, no sé qué interés tiene Leopoldo Espaillat Nanita en mentirle al pueblo dominicano. Su trabajo está lleno de confusiones e inexactitudes profundas”.
César Caamaño Grullón (Cuqui) se expresó en esos términos durante una reunión de la familia Caamaño para desmontar consideraciones que el arquitecto emitió en un artículo publicado el pasado 14 de este mes en Diario Libre.
Estuvieron presentes, además, María Paula Acevedo (Chichita), viuda del héroe, Milagros Caamaño Deñó, hermana, Fellita Caamaño Grullón, prima, al igual que Cuqui, Nivio Caamaño Sánchez, también primo, y sus sobrinos Pedro y Cynthia Dipp Caamaño. Se mostraron indignados con los datos publicados por Espaillat, que consideran falsos.
Dijeron que se motivaron a contestar “no para darle una respuesta, porque ya la tiene el pueblo dominicano”, sino porque las nuevas generaciones no están bien documentadas sobre el proceso de 1965 y podrían tener una idea tergiversada de los acontecimientos. “Nos ha resultado doloroso porque ese señor era amigo, desde pequeño, de mis hermanos Luis y Manolo. Desconocemos sus motivaciones, pero Francis tiene familia y es un héroe nacional. Es triste que una persona de su edad se preste a este tipo de escritos”, exclamó Milagros.
Dijeron que Espaillat no fue amigo, sino “conocido”, del coronel Caamaño.
“Me asombraron las expresiones de ese personaje porque lo vi muy pocas veces, cuando iba con un clavel en el saco. ¿Qué quiere ese señor después de más de 50 años? Debe respetar la memoria de Francis, que ya se ganó su lugar en la historia. Lo que ha hecho es un acto de mezquindad”, reaccionó enojada María Paula.
Cuqui desmintió que Francis se asilara dos veces. “Fue una sola vez y Claudio y Montes Arache lo sacaron. Ese día fueron frente a la casa de mi abuelo, César Caamaño Medina, en la Arzobispo Portes, y se reunieron Marte Hernández, Noboa Garnes, Claudio, Montes Arache y Francis, y Montes le dijo: “Usted es el de mayor rango, usted es un jefe”. Y lo escogen como líder militar del Movimiento.
“No fue a Molina Ureña a quien escogieron. De ahí es que salen para el puente Duarte”, refirió Cuqui, asistente personal del coronel.
Agregó que Espaillat “no tuvo participación de dirigencia, no estuvo en negociaciones ni en combates ni fue miembro del gobierno” por tanto, “lo que dice no tiene credibilidad. Lo que hace es citar autores e interpretar los hechos a su manera”.
“Claudio escribió que Francis fue con Capozzi a comprar un analgésico, pues sufría de bruxismo (apretaba los dientes) y esto le producía dolor de cabeza. Claudio no dice que Francis se medicaba. Espaillat afirmó que Francis era bipolar. En 1965 no se conocía la bipolaridad, es una especulación del arquitecto, que parece que también es médico”.
“¿Qué Francis no quería pelear?”. “Lo que me llamó la atención de todos los disparates que publicó ese señor, es que declaró que Francis no quería pelear, y él está hablando del 27 de abril. Del 24 al 27 no había revolución, ellos tomaron la decisión de asilarse y el director del Movimiento no era Francis, era Fernández Domínguez. El 28 es que Francis asume, y comienza a actuar como jefe de la guerra”, aclaró Nivio Caamaño, ayudante civil del presidente constitucionalista.
“Le dijo a Montes Arache: “¡Compadre, si usted se quiere morir, vamos al puente!’, y ahí comienza Francis el luchador. Antes no quería pelear con sus compañeros militares, además no había revolución sino un golpe de Estado. Él evitó por todos los medios enfrentarse al pueblo y a sus compañeros”.
“Es cuando entran los americanos que se decide, ahí sí había que pelear, entonces se convierte en un combatiente defendiendo la libertad de su pueblo, y ya no se detuvo”.
Todos coinciden en afirmar que en ningún momento de su vida Francis dio demostraciones de cobardía y que, además, Espaillat Nanita “no estuvo nunca cerca de él, en ningún escenario”.
“Hay otro ingrediente, que es la decisión de Bosch cuando llama a Caamaño y le dice que tiene que tomar la presidencia. Eso le ha molestado mucho a Espaillat Nanita porque él esperaba que ratificaría a Molina Ureña.
-Pero yo soy militar, respondió Caamaño a Bosch. Siguieron conversando “y luego escuché cuando Francis le manifestó: “Sí señor, yo renuncio”.
Ahí se quitó las barras y a los dos días fuimos a juramentarlo frente al Altar de la Patria”. La llamada de Bosch fue el 2 de mayo, la contestó el propio Cuqui. “Pero ya Francis había peleado con determinación el 28”.
Aclaran que el coronel jamás traicionó al movimiento y expresan que la afirmación “es producto de la edad de Espaillat”. “Nunca lo hubiera hecho, él se quedó y fue el héroe”, acota Nivio.
En cuanto a la supuesta influencia de Fausto Caamaño en las decisiones de su hijo, aseguran que cuando Francis le comunicó que se integraría a la conspiración, le respondió: “Si es un hijo de Ludovino Fernández, dale para allá, que son serios”, refiriéndose a Fernández Domínguez. “Jamás estuvo bajo la influencia de Fausto Caamaño, en ningún aspecto”.
Pedro y Cynthia recuerdan sus vidas junto al coronel, en Londres, y los testimonios que han escuchado sobre él y dicen sorprenderse con que “alguien hable de esa manera de este héroe continental y universal, interpretando situaciones inexistentes”.
En cuanto a que tuvo miedo, enfatizaron: “Ese hombre tuvo el coraje de venir a pelear siete años después, y enfrentarse al poderoso ejército balaguerista”.
“¿Por qué estas difamaciones 54 años después?” preguntaron, y agregaron que jamás vieron a Espaillat Nanita “en el edificio Copello, ni en los lugares donde hubo enfrentamientos, lo que nos revela que todo lo que dijo son fabulaciones”.
Concluyeron con una frase de José Martí: “El que no tenga el valor de sacrificarse, por lo menos debe tener el pudor de callarse ante los que se sacrificaron”.