La ciudadana Vanessa Ortega denunció ayer el periplo por el que ha pasado su familia desde la desaparición de su padre, el 19 de diciembre y el posterior hallazgo de un cadáver en descomposición, el 23 de ese mes, que podría ser el de su progenitor, José Ortega. Llevan mes y medio en espera de que el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) entregue los resultados de la prueba de ADN a la que los sometió.
Contó que el cuerpo fue trasladado al Inacif del cementerio Cristo Redentor, ahí les informaron que le practicarían la autopsia, que fueran al día siguiente a patología forense del hospital Marcelino Vélez.
“Allá nos dicen que vayamos a la oficina de la avenida Tiradentes a tomarnos una muestra de ADN. Nuestra denuncia es que no nos dicen cuándo enviaron la muestra y si es cierto que trabajan en nuestro caso”, expuso en documento enviado a este medio.
Expresó preocupación por las circunstancias deplorables, con carencias terribles en las que afirmó esté el Inacif del camposanto, donde sigue el cadáver y que no les hayan dado ninguna certificación de la prueba.
Lamentó que solo hay rapidez “para el que tiene poder adquisitivo, funcionarios y empresarios, los demás somos más del montón”.
Narró que son tres hermanos sumidos en la angustia, de las que una reside en el extranjero y tuvo que irse porque es la fecha que aun no les dicen nada.