Los familiares del dirigente comunitario Jhonny Pérez Cepeda, asesinado el 14 de junio, en la calle Las Carreras esquina Leonor de Ovando, en Gascue, dijeron confiar en la actuación de la justicia cuando mañana sea conocido el juicio preliminar por el hecho, cometido por el señor Somaris Labrada Amor.
Una nota dice que tanto los miembros de la familia como los integrantes la comunidad están confiados en que esta vez sea presentado el victimario a la sala del juzgado, porque en dos ocasiones anteriores, en la revisión de la medida de coerción y en el inicio del juicio preliminar, el confeso homicida no compareció.
Indica que los hombres ya habían discutido en una ocasión, porque el victimario estacionaba un vehículo frente a la casa de la víctima de manera reiterada, impidiéndole poner el suyo, de forma que pudiera vigilarlo para evitar el robo de piezas, como acontecía.

Expone que el día del fatal hecho, el 14 de junio, a las 5:00 de la tarde y sin mediar palabras, Somaris Labrada lo persiguió, le hizo cuatro disparos por la espalda y luego de matarlo lo golpeó en el suelo repetidas veces con la pistola, hasta romperle la mandíbula inferior y toda la dentadura, en presencia de testigos.

“Jhonny Cepeda era el presidente de la junta de vecinos del sector, una persona que se distinguía por su constante lucha en defensa de los espacios públicos y los derechos de los comunitarios, por lo cual mantenía estrechas relaciones con sus vecinos, siendo conocido como un esposo y padre ejemplar”, afirma.

Expresa el texto que los familiares y vecinos reaccionaron indignados el día del crimen y señalaron a Somaris Labrada como un individuo prepotente. “Vive en la calle Leonor de Ovando y de allá venía aquí a estacionarse frente a la vivienda de la víctima, a quien amenazó una vez con el arma”.

Dice que entre los habitantes de la zona hay una opinión generalizada de que el “confeso criminal” tiene fama de agresivo y abusador, ya que los casos de agresiones verbales y amenazas para con los vecinos y público en general eran frecuentes.
Labrada recibió una coerción de un año de prisión en Najayo.