Familia De Windt, cuatro generaciones en la Marina

Familia De Windt, cuatro generaciones en la Marina

POR FERNANDO QUIROZ
La familia De Windt tiene cuatro generaciones de militares en la Marina de Guerra, alcanzando dos de sus miembros la jefatura, incluido al actual, vicealmirante César de Windt Ruiz.

El conversatorio La Esquina Joven de HOY reunió a los representantes de tres generaciones, además de De Windt Ruiz, al ex jefe de la Marina, César de Windt Lavandier, de 93 años, y al joven alférez de fragata, Julio César de Windt Fernández. Entre risas, anécdotas y un conteo riguroso de acontecimientos sucedidos en esa institución, los militares expresaron orgullo por ser y haber sido marinos. «La Marina nació con la República», insistió.

Cuando De Windt Lavandier ingresó a la Marina había 321 hombres. De Windt Lavandier fue jefe de la Marina de Guerra por siete años, 1947-54.

«La Marina ha sido una gran desconocida en nuestro país. La Marina se formó con la República, estaba mandando 213 hombres para combatir en Azua, el 19 de marzo de 1844», resaltó.

Sin Marina la Independencia Nacional hubiera sido más tardía, consideró. Lo que se llamó flotilla nacional no dejó cruzar por las costas a los haitianos, dijo.

Más adelante, el 16 de octubre de 1849, el presidente Buenaventura Báez declaró la guerra marítima a Haití y hubo dos invasiones hacia ese país, y un combate naval en Los Cayos entre cinco buques de guerra dominicanos y seis haitianos.

El 28 de febrero de 1844, el gobierno de entonces, la Junta Central Gubernativa, ordenó a la goleta Leonor para que fuera a Curazao en busca del padre de la Patria Juan Pablo Duarte que se encontraba exiliado. Lo dispuso el distinguido marino Juan Alejandro Acosta, que a la vez era hijo de María Baltazara de los Reyes Bustamante, casada con un portugués, y quienes eran amigos de Duarte desde la niñez.

La Marina de Guerra era primero un destacamento del Ejército Nacional y sus miembros usaban el mismo uniforme del Ejército. En la época en que De Windt Lavandier ingresó a la Marina, los guardacostas eran comandados por un oficial del Ejército y los marinos sólo estaban para llevar los barcos.

Admitió que los marinos han tenido poca comunicación con el pueblo.

HISTORIA FAMILIAR

El padre de De Windt Lavandier era holandés, pero nació en Curazao, cuando su abuelo era gobernador de ese territorio.

Su abuelo materno era francés y su bisabuelo vino al país con las tropas que mandó Napoleón Bonaparte, con el general Carlos Víctor Emmanuel Lecler, en el año 1802.

«!Se quedó aquí, cuando cumplió, y se enamoró de una bella india dominicana que tenía un reflejo de los colores del arco iris y por eso salí yo con este barniz copal», expresó sonriente y señalándose la piel.

JOVEN

«Me siento superorgulloso de tener esta familia de tradición naval. El día que me gradué fue muy emocionante para mi, ya que mi padre me entregó mi diploma que me acreditaba como licenciado en ciencias navales. Mi madre me entregó mi kepis y el almirante De Windt me da un sable», expresó emocionado el joven militar.

Dijo que es una distinción y un prestigio llevar en su pecho derecho el apellido De Windt.

EN EL TIEMPO

Cuando De Windt Lavandier era conducido preso a la cárcel La Victoria, luego de ser jefe en la Marina, ese mismo día nacía el actual jefe de esa institución, De Windt Ruiz.

Su hijo, César de Windt Vidal, navega en la Marina Mercante de los Estados Unidos.

Cuando el joven De Windt Fernández se graduó recientemente como alférez de fragata, De Windt Lavandier sacó su sable naval que guardaba desde hace más de 60 años y se lo regaló. «Porque de lo contrario se iba oxidar y se iba a perder», agregó.

EN LA MAR

De Windt Lavandier comenzó a navegar a los 16 años. Es alumno de la escuela naval militar de Veracruz, México, entre los años 1928-1932. «A él lo que le gusta es ser maestro de escuela», dijo su sobrino el jefe de la Marina.

Es actualmente profesor de la Academia Naval de la Marina, donde lleva 40 años de docencia ininterrumpida.

Como fantástico califica los cambios y transformaciones que se han registrado en la Marina de Guerra. «Una vez, cuando yo era menos viejo, hice un viaje de Australia a Chile, que duró casi tres meses a vela, sin telegrafía, ni medios de comunicación, con dificultades para saber la ubicación y hora local».

Hoy día, se dispone de los medios electrónicos, que sin necesidad de tener conocimientos sobre geometría, trigonometría ni mucha matemática, se puede saber mediante satélite ubicación y rumbo.

«Han sido años muy buenos porque hemos enseñado a los hombres jóvenes a amar a la mar. Aquí no teníamos conciencia de lo que era un marino mercante», dijo sobre su experiencia.

Hizo los esfuerzos para que se construyera la Escuela Naval.

En el primer grupo se graduaron diez marinos, entre ellos Ramón Emilio Jiménez Reyes, Luis Homero Lajara Burgos «y todos esos muchachos que después pudieron realizar sus deseos».

«Ahí se graduó mi hijo, se graduó mi sobrino y el hijo de mi sobrino», añadió.

Además de la escuela naval, construyeron a la fecha un cine, una iglesia y crearon la banda de música.

Por dos años fue agregado militar en Londres y recuerda que navegó mucho con los buques ingleses.

TORPEDEADO

De Windt Lavandier fue torpedeado cuando iba a bordo del barco dominicano San Rafael, por el submarino alemán U125 en el año 1942. En esa época la Marina perdió cinco buques de guerra, torpedeados por los alemanes ante la indiferencia de los Estados Unidos.

Es licenciado en educación, con especialidad en historia. Ha publicado varios libros, entre ellos «La segunda guerra mundial y los submarinos alemanes en el Caribe». Esa obra, dijo, se ha vendido más en el extranjero, principalmente en los Estados Unidos.

«Ese es un libro que no ha tenido un apoyo entre los marineros norteamericanos, porque demuestra que durante casi un año nos dejaron abandonados, a merced de la campaña submarina en el Caribe y de los espías».

ANECDOTA

Con buen humor cuenta que lleva 55 años de casado y al comparar épocas, refiere que un peinado de su esposa en una peluquería cuesta lo que ganaba un alférez en sus tiempos.

«Lo único que hice fue cumplir con mi obligación. Tratar de llevar la educación a los marinos, mejorar su calidad de vida y comprender a los hombres que estaban bajo nuestro control», respondió a otra de las inquietudes.

ESTRUCTURA MARINA

Actualmente la Marina de Guerra tiene unos 8,000 miembros, de los cuales cerca de 500 son mujeres, entre médicos, enfermeras y laboratoristas. Está compuesta por dos grandes bases navales, la 27 de Febrero y Las Calderas, en Baní.

También está compuesta por destacamentos, puestos y comandancias de puerto. En las comandancias de puerto entran barcos mercantes como en Santo Domingo, San Pedro de Macorís, Samaná, Puerto Plata, Haina, Puerto Viejo de Azua y Pedernales.

VISIÓN SOCIEDAD

Al actual jefe de la Marina de Guerra le preocupa el alto índice de delincuencia en la sociedad dominicana. Atribuyó la situación a los bajos niveles de educación y a la influencia de los dominicanos deportados de los Estados Unidos tras cumplir condenas por distintos crímenes. Son «maestros» de delincuencia en el país, estimó.

«Es una falta de cuidado de los padres. Indiscutiblemente, los maestros hacen su esfuerzo, pero en las casas no encuentran la ayuda que se requiere», señaló en cambio, De Windt Lavandier.

Dijo que en su niñez, su padre se sentaba todos los días a la mesa con sus hijos, que eran 16, y todos tenían que contar cómo se habían portado en la escuela.

LA DÉCIMA

Junto con la Independencia,
se crea nuestra Marina,
cuyo esfuerzo hoy se encamina,
a reducir la frecuencia,
de esos viajes sin conciencia,
en que la vida arriesgamos,
y es meta que nos trazamos,
y que será el gran fruto,
que es reducir el luto,
de seres dominicanos.

Juan María del Orbe.

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esquinajoven@hoy.com.do

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