Familia, ¿estabilidad o violencia?

Familia, ¿estabilidad o violencia?

Noviembre es el Mes de la Familia y Lucha Contra la Violencia de Género. ¿Por qué coinciden ambas celebraciones?
Recientemente realizamos un estudio sobre “Masculinidades y violencia de género” para Profamilia. En él se muestra cómo la familia “tradicional” o nuclear (padre-madre-hijos/as) en los distintos estratos sociales (pobre-medio-alto) es el principal escenario de aprendizaje de la violencia de género en la población masculina estudiada. Algunas de las dimensiones generadoras de esta violencia en familias nucleares o “tradicionales” identificadas son:
1. “El padre es castigador-proveedor” no afectivo. La relación entre padres-hijos en el estudio se desarrolla desde el uso de la violencia, la cual está más acentuada cuando los hijos son de sexo masculino. Los hombres entrevistados señalan que pocas veces se desarrollan diálogos transparentes entre ellos y sus padres y mucho menos demostraciones de cariño y afecto.
La escasa comunicación entre padres-hijos en la familia nuclear genera una gran brecha en las relaciones entre hombres. Las orientaciones son buscadas desde la niñez y adolescencia en sus pares de sexo masculino por el miedo que genera en ellos la aproximación a la figura paterna.
2. Violencia de padres hacia madres en distintos estratos sociales. Los hombres entrevistados tanto adolescentes como jóvenes y adultos que provienen o pertenecen a familias nucleares identifican distintas escenas de violencia psicológica, verbal y física de sus padres hacia sus madres. Muchos de ellos reconocen que han reproducido esa violencia hacia sus parejas y exparejas.
3. “El hombre es el que manda”. Las pautas que predominan en las familias nucleares alrededor de la relación hombre-mujer suponen la subordinación de la mujer al poder masculino. El hombre aprende a mandar no a compartir ni a cooperar. Las relaciones de pareja la construyen así desde esta lógica entendiendo que la mujer debe “obedecer” y pedirle “permiso” desconociendo su autonomía y sus derechos.
4. “El hogar es de responsabilidad exclusiva de la mujer”. El hombre es educado para la calle no para el hogar. La lógica masculina-machista supone que la mujer “debe siempre estar en el hogar esperando a que llegue el marido” para “atenderlo”. Los hombres agresores entrevistados justifican sus acciones violentas desde esta lógica donde ellos “castigan” a las mujeres por no “atenderlos”.
Definitivamente el escenario familiar sobre todo la familia tradicional es uno de los principales espacios donde se genera la violencia de género por el predominio del machismo en el imaginario cultural que rodea las relaciones de pareja y la formación de familia. Se necesita promover cambios culturales que desmonten el imaginario machista y desigual en la familia hacia la equidad de género, nuevas masculinidades y cultura de paz.

Más leídas