Los hermanos Roberto y Delta Fernández y la esposa de éste, Claudia Pinto, temen por sus vidas luego de ser vigilados una semana las 24 horas, y de varios interrogatorios hechos a Roberto en el Departamento de Investigaciones Criminales de la Policía.
Los hermanos se acercaron a la redacción de Hoy, atemorizados por los hechos ocurridos desde el domingo 31 de enero, cuando en familia participaban de una misa en la iglesia Divino Niño en Las Praderas, que coincidió con el tercer día de la muerte de la prima del Presidente Leonel Fernández Digna Báez Reyna.
Según Fernández, en la iglesia comentó a su hermana que no sabía que esa familia vivía por ahí, lo que al parecer molestó a un señor alto, moreno, nunca antes visto por ellos, quien me insultó y trató de agredirnos.
Dijo que conversó con el jefe de la Policía, mayor general Rafael Guillermo Guzmán Fermín y que pensó que todo había terminado ahí, pero nos invitaron a retirarnos de la iglesia. Nos escoltaron hasta nuestra casa en la Paseo de los Ruiseñores edificio 10, apartamento 302 del Residencial Estancia Nueva y desde entonces fuimos vigilados hasta el jueves, agregó.
Indicó que el jueves salió con su hermana y que fueron interceptados por la Policía alegando que su vehículo, un Mazda 323, verde, coincidía con uno ocupado por una pareja que atropelló a una niña y huyó.
Explican que solo interrogaron a Roberto y durante el interrogatorio los coroneles identificados por él como Nin Ferreras y Pérez Sánchez, sacaron a relucir el incidente de la iglesia y el cruce de palabras con el desconocido.
Aunque ya no son vigilados temen por sus vidas. No sabemos que se pueden inventar ahora para hacernos cualquiera cosa.