¡Ojalá pudiera devolver el tiempo para verte de nuevo, para darte un abrazo…!

Fue la expresión unánime de familiares y amigos, a través de la música de “Tercer Cielo”  que acompañó hasta el sepulcro los restos de Rosalina Ynoa. Luego de una misa de cuerpo presente oficiada por el diácono Salvador Montás en la funeraria Blandino, el funeral  continuó hasta el cementerio Cristo Redentor,  a donde le acompañaron decenas de dolientes.

“El país ha perdido un gran activo y eso hay que lamentarlo”. En esta frase englobó  Temístocles Montás, ministro de Economía Planificación y Desarrollo, todo lo que para la  Unidad de Análisis y Cooperación Internacional significó Rosalina Ynoa. Sus dotes personales y valores profesionales fueron exhaltados también en el camposanto por su hermano Richard Ricardo y el viceministro de Cooperación Internacional, Inocencio García, quien habló allí en  nombre de Montás.

Cuando un amigo se va…  Ese espacio vacío de que habla Alberto Cortez en su canción comenzó a sentirlo el país desde que el pasado 24 de julio se conoció la infausta noticia de que Ynoa era una de las 79 víctimas del accidente ferroviario que ocurrió ese día en Santiago de Compostela, España.