Familiares afligidos esperan noticias tras el naufragio de un barco en China

Familiares afligidos esperan noticias tras el naufragio de un barco en China

PEKÍN. Decenas de personas afligidas se reunieron este martes ante una agencia de viaje de Shanghái para pedir información sobre sus familiares que se encontraban a bordo del barco que naufragó el lunes en el río Yangtsé.

Pero la agencia Xiehe, que había vendido los billetes del viaje a muchos de los pasajeros, no abrió y las familias no obtuvieron respuestas a sus preguntas: ¿quiénes son los pocos supervivientes entre las 458 personas a bordo? ¿Dónde se encontraban en el momento del naufragio? La mayoría de los desaparecidos del barco «Estrella de Oriente», que volcó cerca de la famosa región turística de las Tres Gargantas, eran jubilados que se habían pagado un crucero.

Un hombre desconsolado llora por sus padres desaparecidos en el naufragio. «Perdón, mamá y papá. ¡No he mostrado bastante piedad filial!», dice, en referencia a la tradición confuciana de respeto hacia los progenitores. «Aún hay tantas cosas que me hubiera gustado decirles. ¿Cómo podía imaginar que no volverían sanos y salvos?», lamenta.

En el interior de la agencia de viaje, se oyen sonar los teléfonos. En el escaparate, una nota indica que los responsables se marcharon para ocuparse de problemas surgidos como consecuencia del hundimiento del barco.
Los equipos de rescate seguían buscando supervivientes, tras haber salvado a 13 personas, entre ellas el capitán y el ingeniero jefe, que declararon que la embarcación se vio sorprendida por una tormenta.

Chen tenía a su hermana, de 69 años, y a su cuñado entre los pasajeros del barco. «Me enteré del naufragio hacia las 06H00 esta mañana, en las noticias, y me precipité hacia aquí sobre las 07H00. Llevamos horas esperando, pero no nos dan ninguna información», explica.

Muchos de los pasajeros eran originarios de Shanghái, entre ellos un grupo de 20 jubilados que se habían embarcado juntos en ese crucero por el Yangtsé, el inmenso río conocido por ser una de las principales atracciones turísticas del país.

Zhang, de 64 años, cuenta que horas antes del naufragio, su esposa, que se encontraba a bordo, le describió por teléfono las malas condiciones climáticas que afrontaba el barco. «La suelo llamar dos veces al día, pero hoy nadie me ha contestado», dice.

Su mujer había pagado 3.000 yuanes (450 euros) por ese crucero de dos semanas entre dos antiguas capitales chinas, Nankín (este) y Chongqing (centro). «Nadie nos da información, aunque el propio ¡primer ministro¿ Li Keqiang se encuentra en el lugar de los hechos. La agencia de viaje podría por lo menos darnos un poco de consuelo», lamenta Zhang.
Se teme que este naufragio se convierta en el peor accidente de la historia reciente en China, a pesar de que la seguridad de los transportes ha mejorado en el país.

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