Familiares de mineros felices, pero cansados de «bulla» de periodistas

Familiares de mineros felices, pero cansados de «bulla» de periodistas

Mina San José, (AFP) – Los familiares de los 33 mineros atrapados en un yacimiento chileno están felices porque ya se aproxima el rescate pero muchos están hartos por «la bulla» de centenares de periodistas, que no quieren perderse el final de una historia comparada a un reality show.

«Estoy feliz, feliz pero también estoy harta de toda esta bulla. Quiero que termine ya», comenta Carla Herrera, de 34 años, hermana del minero Daniel Herrera, quien se desempeñaba como chofer de camiones en la Mina San José, en el norte de Chile, donde quedó atrapado el 5 de agosto.

Mientras habla lucha a duras penas por abrirse paso con un carrito en el que pasea a su bebé, junto a centenares de periodistas que corren de un lado a otro, desesperados por saber cuándo finalmente ocurrirá el rescate.

Este sábado, una de las perforadoras que trabaja en el rescate llegó a lugar de la mina donde se encuentran atrapados los mineros, a 622 metros de profundidad, desatando la euforia de familiares y operarios.

En una conferencia de prensa, el ministro de Minería, Laurence Golborne, declaró que los mineros «están muy tranquilos, más tranquilos que la prensa». Llegar hasta el punto instalado para los periodistas es una tarea titánica. Hay decenas de cámaras, teleobjetivos y periodistas apiñados. «Te estoy guardando el lugar», grita un periodista chileno.

«Esto parece un psiquiátrico», dice a su lado un periodista de una televisión británica. Según Tomás Urzúa, encargado de prensa oficial de la cobertura, hay «unos 700 periodistas de todo el mundo acreditados». De ellos «cerca de 400 son chilenos». La mayoría ha llegado en estos últimos tres días. Casi todos transitan en un espacio de cien metros, rocoso, lleno de polvo y piedras, bajo un sol sofocante en el día y gélidas noches.

Una periodista rusa recién llegada al Campamento corre desesperada micrófono en mano: «¿Perdón, alguien sabe dónde se hacen las acreditaciones?», pregunta. Nadie le responde. En medio del furor nacional e internacional que genera el inminente rescate, todos aquellos que se encuentran en el yacimiento desde el inicio del rescate en el ‘Campamento Esperanza’ muestran, algunos más, otros menos, señales de cansancio.

«Hoy día estamos cocinando para más de 400 personas. No damos abasto», cuenta la cocinera Rosa Rivera que acaba de preparar un guiso de lentejas para los periodistas, rescatistas, médicos y psicólogos que conviven desde hace más de dos meses en carpas o casas rodantes. En los pocos minutos que tiene ahora de tiempo libre, visita a la familia Ávalos, que espera con ansiedad la salida a la superficie de los dos hermanos Samuel y Florencio Ávalos.

«Los noto tensos, demasiado cansados», murmura Rosa. En el campamento también circulan productores y directores de cine. La odisea de los mineros ya atrapó a realizadores nacionales e internacionales, como el cineasta chileno Rodrigo Ortúzar, que planea una película sobre «Los 33».

El papá del minero Carlos Barrios, que lo espera en el Campamento Esperanza desde el 6 de agosto, un día después de que un derrumbe provocara la tragedia, se queja de que «los periodistas se han puesto realmente pesados». «Vienen, nos hacen preguntas: ¿Qué siente? ¿Qué se sabe? Nosotros sabemos lo mismo», explica. Para Nelly Burgueño, la mamá del minero Víctor Zamora el asunto ya está un «poco descontrolado». Pero de todas maneras agradece la labor de la prensa. «Fue muy importante.

La tragedia se dio a conocer en todas partes y ahora hay que intentar que algo así no vuelva jamás a suceder», remató. Hay ciertas imágenes que quedarán en la historia. Como la que los mostró sonrientes desde las profundidades de la mina, pocos días después del famoso mensaje «Estamos bien los 33».

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