Santo Domimgo.- En un emotivo acto, familiares, amigos y personalidades de la vida nacional se reunieron para despedir a José Ureña (Nene), quien falleció el pasado miércoles, dejando un legado imborrable en el ámbito empresarial y diplomático de República Dominicana
José Ureña, fundador del Banco del Comercio Dominicano (Bancomercio) en 1980, se destacó por liderar la entidad que llegó a tener más del 10 por ciento de los activos y depósitos del total de la banca del país, luego de la adquisición del Bank Of America y el Royal Bank of Canda.
Su impronta en la Asociación de Bancos de la República Dominicana, en la cual se desempeñó como presidente, también resalta en su destacada trayectoria.
Además de su contribución al ámbito financiero, Ureña fue un prolífico emprendedor, fundando el periódico El Siglo, así como empresas en diversos sectores como alimentos, seguros y el Banco del Comercio de Puerto Rico.
El empresario y exdiplomático dejó huella en el ámbito internacional al ser cónsul honorario de Hungría en la República Dominicana y, posteriormente embajador dominicano ante el Imperio del Japón en 2005. Su dedicación y servicio fueron reconocidos con la más alta condecoración otorgada por el emperador japonés.
Asimismo, desempeñó roles diplomáticos en calidad de embajador en Canadá y Ecuador, fortaleciendo los lazos bilaterales con nuestra nación.
La generosidad de José Ureña se reflejó en diversas obras filantrópicas, destacando la Fundación del Dolor y el Hogar de Ancianos San José, entre otras iniciativas que buscaban mejorar la calidad de vida de quienes más lo necesitaban.
En nombre de la familia, habló su hijo José Arturo Ureña quien expresó el profundo agradecimiento por las muestras de cariño recibidas durante este difícil momento.
Definió la vida de su padre como inspiradora y como un gran promotor de ideas adelantadas a su tiempo.
“Fue un ser humano afectuoso y adornado por un gran optimismo y deseos de trabajar incluso hasta sus últimos días, con una vocación familiar y manteniendo siempre un sentido filantrópico manifestado casi a lo largo de toda su vida hacia la niñez, enfermos terminales y envejecientes”, indicó,
También habló su hijo José Antonio Ureña, quien expresó su agradecimiento a todos los presentes y manifestó que su padre fue un hombre auténtico y admirable por sus logros empresariales, su perseverancia y resiliencia, pero más aún por su decencia, honradez y el gran amor que le tuvo y le inculcó a su familia.
En su extensa carrera, Ureña compartió sus experiencias y conocimientos a través de publicaciones como sus memorias, «Rompiendo el silencio: memorias de un banquero», publicadas en 2004, así como otras obras que dejaron un valioso legado para las generaciones futuras.
Diversos gobiernos, agrupaciones sociales, gremiales y empresariales reconocieron la contribución de Ureña, otorgándole distintas condecoraciones y reconocimientos a lo largo de su vida.
A José Ureña (Nene) le sobreviven sus hijos: José Arturo, Giselle y José Antonio.
Sus restos fueron velados en la funeraria Blandino de la avenida Abraham Lincoln y se ofició una misa de cuerpo presente en la capilla del cementerio Puerta del Cielo, donde posteriormente recibió cristiana sepultura.
Su legado perdurará en la memoria de quienes tuvieron el honor de conocerlo y en las instituciones que se beneficiaron de su visión y liderazgo.