Hoy 
Cerca de cien familias que habitan en casuchas levantadas en las riberas de los ríos Ozama y Yuca, abandonaron el lugar por temor a que las lluvias desborden los cauces y empeoren la situación.
La mayoría de las familias que abandonaron el lugar buscaron refugio en casas de familiares y amigos, según declaró a este diario Julio César Segura, encargado de la Defensa Civil en el sector de La Barquita de Los Mina, en Santo Domingo Este.
Tanto el río Ozama como el Yuca aumentaron sus caudales con las lluvias caídas el miércoles y ayer jueves, pero no como para provocar desbordamientos hasta el mediodía de ayer.
Segura, quien acompañó a los periodistas de este diario en un recorrido por la ribera del Ozama, dijo que estaban atentos por si había que comenzar a dar auxilio a decenas de familias.
Un ambiente de temor e incertidumbre se había apoderado de familias residentes en la ribera del Ozama en los sectores Brisas del Ozama, Villa Esperanza, La Cucaracha y Los Coordinadores.
Otros sectores afectados por la situación son La Lata, La Lechuga y San José.
Aquí convivimos con el peligro día y noche, dijo José Manuel Santos, quien sirvió de guía a periodistas de este diario a hacer un recorrido por el lugar.
Se pudo observar que al problema de crecidas de los ríos, se agrega la acumulación de basura y las cañadas que arrastran a su paso todo toda clase de desperdicios.
El río Yuca, según se pudo observar desde la carretera que comunica el municipio de Santo Domingo Norte con el distrito municipal de La Victoria, había inundado con sus aguas pequeños predios agrícolas sembrados de productos agropecuarios de ciclo corto y decenas de árboles.
Próximo al río Yuca residen cerca de cuarenta familias en el sector El Bambú II y Villa Esperanza II, quienes ayer externaron sus temores de que el río se desborde de continuar lloviendo en su cabecera, lo que los obligaría a abandonar sus casas. Del sector La Barquita de Los Minas unas treinta familias habían abandonado el lugar entre la noche del miércoles y la mañana de ayer, según declaró Segura, mientras que de Brisas del Ozama también habían abandonado el lugar varias familias.
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Manos vacías
En todo el trayecto recorrido por varios sectores suceptibles de ser afectados por los desbordamientos que podrían provocar las lluvias, sólo en La Barquita de Los Mina se pudo observar a voluntarios de la Defensa Civil a la espera de intervenir para ofrecer su auxilio. Lo único que dijeron tener para actuar es su deseo de servir, pero que no cuentan siquiera con un vehículo e implementos para usarlos en situaciones de emergencia. La mayoría de los voluntarios de la Defensa Civil en La Barquita residen en el lugar. Tal vez por esta razón estaban vigilantes para actuar en caso de necesidad, porque la Defensa Civil como tal parece que no tuvo pendiente que las lluvias podrían desbordar el Ozama u otros ríos de la zona.
