Familias continúan aisladas en nordeste

Familias continúan aisladas en nordeste

ARENOSO, San Francisco de Macorís.- Diez días después de que las intensas lluvias desbordaron ríos y arroyos del Cibao Central, centenares de personas están incomunicadas sin alimentos ni agua potable y otras permanecen en refugios.

Los sacerdotes Alfonso del Orbe y Jesús María Martínez, párrocos de las iglesias Nuestra Señora de Fátima, San Isidro Labrador y San Lucas Evangelista, quienes administran las ayudas, informaron que hay zonas inaccesibles.

Los ríos Yuna y Camú se desbordaron a causa de los aguaceros y por el desagüe de las presas Rincón y Hatillo y las aguas penetraron a viviendas y plantaciones agrícolas, que permanecen anegadas.

En Villa Riva están incomunicados los poblados Juana Rodríguez Arriba, Juana Rodríguez al Medio y El Callejón.

Los sacerdotes dijeromn que tienen conocimiento de familias que llevan tiempo sin probar alimento y posiblemente estén enfermas. Agregaron que en días pasados recibieron alimentos y agua por vía aérea.

«Esperamos esta tarde (ayer) llevar alimentos, agua, ropas y medicinas en un bote por la parte de atrás» ya que a las brigadas que estamos trabajando en los operativos se nos ha hecho difícil», dijo del Orbe.

En la comunidad El Callejón hay más de 15 familias aisladas, donde ha resultado difícil penetrar, ni siquiera en bote, afirmó.

Mientras tanto, en la escuela Salomé Ureña, de este poblado hay más de l60 personas refugiadas, o sea 48 familias, cuyas viviendas permanecen inundadas.

Los poblados de Villa Riva y Arenoso están impenetrables en sus partes bajas, a consecuencia de las aguas que aunque han bajado un poco, siguen arropando calles y caminos de estas comunidades.

En Arenoso y Villa Riva, especialmente en el Bajo Yuna, hay una extensa zona cubierta de agua y se estima que las pérdidas en la agricultura son millonarias, pero todavía se desconoce el monto porque el área sigue inundada.

Ramón Leonardo Torres, un productor de arroz, describió el escenario como tétrico y difícil para los cosecheros, muchos de los cuales perdieron todo y quedaron llenos de deudas.

Por su parte Aridio Marte, representante de los damnificados de la escuela Salomé Ureña de este poblado, dijo que las ayudas no están llegando a tiempo y que ayer, todavía en la tarde ningún organismo había llevado alimentos a los refugios.

Asimismo, Edilio Mirambaux, uno de los damnificados, dijo que en algunos casos las ayudas se las entregan a personas que realmente no son damnificadas.

Ramón Núñez, que opera un bote, dijo que la situación es tan penosa que ni siquiera en su embarcación se ha logrado penetrar a zonas donde hay muchas personas aisladas.

Mientras tanto, el teniente de los bomberos Joaquín Peralta regresó a su vivienda en Los Rieles porque las aguas comenzaron a bajar.

Miles de tareas de arroz, yuca, plátanos, maíz, cacao y batata están bajo las aguas, especialmente en el Bajo Yuna y Aglipo II, donde se concentra una de las zonas arroceras más grandes del país.

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