Familias están entre dos aguas:
Sin casas y le piden su refugio

Familias están entre dos aguas:<BR>Sin casas y le piden su refugio

POR FERNANDO QUIROZ
Maribel Sánchez Calderón, de 31 años, es conocida como la mujer de los nueve hijos en el refugio de la escuela Aida Cartagena Portalatín, en la Zurza, Distrito Nacional.

Su caso resume, de manera dramática, cómo han convivido desde hace diez días familias refugiadas luego de perderlo todo a causa de las inundaciones de la tormenta Noel.

 Estas familias   damnificadas en la Zurza   están entre dos aguas, aunque ya pasaron las inundaciones.

Ahora necesitan la escuela Aida Cartagena Portalatín que ocupan, para iniciar mañana la docencia de sus niños, pero no tienen adonde ir porque sus casas, con todos sus ajuares, fueron destruidas por las corrientes del río Isabela.

En esta escuela fueron llevadas 130 familias en los días de emergencia de la tormenta. Ahora quedan 20 familias.

 En las caras de 33 niños refugiados allí no hay sonrisas, están rodeados  de fundas con ropa, colchones sucios en el piso,  botellas de agua vacías.

Un cuaderno de dibujo, con hojas sueltas en el piso, era parte de las pertenencias de estos damnificados.

 “Converse sobre el personaje, cuántas pelotas hay en la alfombra”, rezaba en el cuaderno a medio dibujar de un niño que le movía las páginas de un lado a otro. La señora Sánchez Calderón, madre de nueve niños,  dijo que tuvo su primer hijo a los 16 años. Los demás los tuvo con una diferencia de poco más de un año: 13, 11, 9, 6, 4, 2. Narró cómo perdió su cama, lavadora y televisor.

El día de las inundaciones, 28 de octubre, estaba acompañada de seis de sus hijos. Hoy está con cuatro de ellos en el refugio.

En La Palmita de la Zurza, en la ribera del río Isabela, debajo del puente Peynado,  que conduce a Villa Mella, las aguas han cedido, pero aún quedan una veintena de casas en medio de una “laguna”.

Un mal olor penetrante, montones de basura en la orilla de río, con cerdos amarrados y niños caminando sin camisa, es parte del panorama de los alrededores.

En la escuela Aida Cartagena Portalatín, Carlos Mejía es un niño de  6 años de edad.

En voz baja, en respuesta a una pregunta, expresa que tiene deseo de volver a la escuela.

Es hijo de la señora Justina Mejía, quien también tiene otro niño de dos años en el refugio. 

“NO TENGO NADA”

Marisol Concepción, de 27 años, tiene dos hijas de ocho y seis años de edad. Una de ellas es asmática, y ha presentado crisis luego de agravarse las condiciones en las que viven en el refugio. “Perdí la casa, cama, televisor, abanico, lo perdí todo…”, expresó un tanto desesperanzada. La adolescente Helen Geraldino, de 13 años, expresó que de verdad la están pasando mal, no tienen ropa, ni uniforme para volver a la escuela.

OPRET NO DA CARA

 Muchos de los refugiados se quejan porqie alegadamente la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (OPRET), que hizo un censo de sus casas, no da la cara en medio de los desastres. A los trabajos para la construcción de una avenida en su zona, atribuyen la agudización de las inundaciones.

Refugio

Las 19 familias que quedan refugiadas en la escuela Aida Cartagena Portalatín suman 55 personas. Son 33 niños y 22 adultos, entre ellos 19 mujeres y tres hombres.

De este  refugio está encargado Antonio Vásquez, en representación de la Defensa Civil

A las 11:30 de la mañana de ayer, brigadas de mujeres iniciaron la limpieza de la escuela  Aida Cartagena Portalatín a la espera de que sean reiniciadas las clases mañana lunes. “Poniendo esto lindo para los niños”, dijo una de de las mujeres mientras barría.

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