Familias vulnerables siguen fuera de sus  casas por humedad y el peligro

Familias vulnerables siguen fuera de sus  casas por humedad y el peligro

Todavía casi la mitad de los moradores de La Barquita, La Lata y otros barrios de esa zona muy próxima al río Ozama, permanecen en casas de familiares y de amigos porque sus viviendas no reúnen las condiciones para habitarlas, además de que se inundan con la menor lluvia.

Las organizaciones comunitarias de la zona prepararon un censo en el cual identificaron a 800 familias en extrema vulnerabilidad, trabajo que fue entregado hace tres semanas al director de la Oficina Para el Desarrollo de la Comunidad, Luis Acosta Moreta,  para que se lo lleve al presidente Leonel Fernández.

Rafael Holguín, uno de los patrocinadores del censo, explica que desde noviembre pasado, cuando pasaron las tormentas Noel y Olga,  cerca del 40 por ciento de las familias que habitan más cerca del río y las cañadas viven en casas de familiares y amigos.

 “Es que todavía la zona permanece húmeda y ante cualquier aguacero tienen el río dentro. Este lugar no reúne las condiciones mínimas para ser habitado”,  reconoció  Holguín.

Los dueños de las viviendas -unas hechas con pedazos de hojalata pero otras hasta de concreto-, las visitan diariamente porque en algunas tienen sus ajuares, para evitar que los delincuentes carguen con ellos, como ha ocurrido en otras ocasiones.

Dos grandes cañadas vierten sus aguas residuales hacia el Ozama: una que comienza en el barrio Katanga y la otra desde el barrio Puerto Rico. Ambas son una gran  fuente de contaminación, empeorada por  los pobladores que la bordean y lanzan basura  en ellas.

Esa práctica, afirma Holguín,  ha contribuido a que  el río Ozama esté sedimentado en varias partes, a tal punto que una persona se puede parar en el centro y el agua no le llega ni siquiera a la cintura.

Henry Peña, presidente de la Junta de Vecinos Agustina Berberé, exhorta al gobierno a iniciar de inmediato la construcción de las viviendas para las familias vulnerables, antes que lleguen nuevos fenómenos atmosféricos.

Destaca que ya las autoridades no tienen que censar a esa población.

Las claves

1.  Acosta cubre cañada

 Luis Acosta Moreta,  quien se hace llamar como El Gallo, dice que le preocupa  la contaminación. Inició el encache cubierta de la cañada de Kananga, trabajos que ya llevan alrededor de 200 metros, faltando un espacio similar.

2. Rechazan centro

 La comunidad está de acuerdo con la obra, pero rechazan las pretensiones de  El Gallo,   de utilizar parte del piso sobre la cañada para una escuela de baile, pues para muchos eso sería motivo para incentivar la violencia y otros tipos de manifestaciones antisociales. Entre los oponentes figuran Mireya Méndez y Elías Montero. 

3.  Expuesto al peligro

Los niños son los más expuestos al peligro de contraer enfermedades, ya que caminan descalzos entre las aguas residuales, la basura y todos tipo de inmundicias que corren por las cañadas,  las cuales vierten sus desperdicios al río Ozama. Los moradores  cruzan las cañadas a través de puentes frágiles y peligrosos.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas