POR LEONARDO CASTILLO
Gran pesar causó en el país, la derrota del conjunto dominicano ante la representación cubana 3-1 en el Clásico Mundial de Béisbol.

Los lanzadores cubanos frenaron los bates de la poderosa artillería criolla y al mismo tiempo silenciaron a la nación dominicana, la cual esperaba ansiosa el triunfo de la representación quisqueyana.

Era visible en los distintos lugares la cara de tristeza y pesar de los fanáticos que se dieron cita a los diferentes  establecimientos comerciales de la ciudad capital, donde la gran mayoría no salía del asombro de ver a la novena criolla sucumbir ante los cubanos.

«Yo sabía que íbamos a perder», dijo Nelson Solís, luego de la derrota. «Desde hace días el equipo de aquí venía arrastrando el bate», terminó diciendo.

«¿Lo que no entiendo es porque Manny Acta dejó todo el camino a Moisés Alou?», «por qué, ese sí que no le estaba dando ni a un coco», argumento Luis Lara con la tristeza reflejada en el rostro.

El desempeño que había tenido el conjunto en la primera y segunda ronda, presagiaba que el mismo estaría disputando el titulo de campeón del Clásico, pero lamentablemente, una anemia ofensiva afectó a los poderosos bateadores criollos.

La fanáticada dominicana tenía las esperanzas cifradas de que los jugadores que nos representaban en el Clásico pudieran avanzar hasta el final, pero luego de la derrota, además de lamentarse, también buscaban una causa para justificar la derrota.

Por eso, no faltaron los improperios y maldiciones dedicadas a los jugadores que por una u otra razón, desoyeron el llamado de la patria.