Fanáticos y compatriotas

Fanáticos y compatriotas

Mezcla de emociones, opiniones, colores y las preferencias políticas se conjugaron durante la celebración de la Serie del Caribe Santo Domingo 2004 protagonizada por los equipos de béisbol de México, Venezuela, Puerto Rico y República Dominicana como país anfitrión.

Banderas azules de los Tígueres del Licey y de los países participantes exhibieron por todo lo alto sus colores, llenando así de patriotismo el terreno de juego.

La animación de los ciudadanos de los países hermanos se identificaban con sus banderas tricolor en manos, gorras, sombreros camisetas, pantalones, gorros, y hasta con la melodía salidas de algunos instrumentos que identificaba su procedencia.

Otra parte de atención para el público fue la mascota de la Serie, un ágil regordete que en ocasiones se le veía tratando de conquistar al ampalla o a uno que otro pelotero para que le acompañara a dar una pasito de buen bailador. También el Tíguere de bengala, la mascota del Licey, que se paseaba con aire de ganador por el terreno de juego para motivar a los aplausos de su público.

Los equipos participantes no sólo deleitaron a su fanaticada con deportes, sino que durante los cortos momentos de descanso entre un inning y otro, ofrecían entretenimiento con su música y bailes, con cuyas expresiones folklóricas impregnaban a sus paisanos con los calores de sus patrias.

En esa fiesta no todo fue deportes, bailes y música, allí también hubo espacio para los grupos simpatizantes de la politiquería, quienes se enfrentaban en consignas a favor y en contra de los candidatos, siendo: “Qué felicidad, Hipólito se va”, “Qué felicidad cuatro años más”, las más predominantes entre los activistas.

En la gran fiesta deportiva se reunieron todos los aficionados al béisbol, apoyando al conjunto de los Tígueres del Licey, ganador del torneo local, en el nuevo reto que le esperaba en nombre de República Dominicana frente a los cuatro adversarios que se disputarían la corona de Serie del Caribe, durante seis días en los terrenos del Estadio Quisqueya.

El torneo de béisbol invernal que se inicia desde el mes de octubre y que concluye a finales de enero es patrocinado por las principales empresas nacionales y multinacionales que colocan sus promociones en los alrededores del estadio deportivo, en los uniformes a los equipos, en la narración de los partidos, y ofrecen brindis de sus productos entre los asistentes.

Las empresas patrocinadoras del evento aprovechan la temporada de béisbol para agradar a sus clientes con los abonados que adquieren durante los tres meses de temporada, a quienes en la serie final les brindan de sus productos y ubican un personal especializado para que sus invitados se sientan como en casa.

Una oportunidad muy especial que tuvieron las empresas patrocinadores con sus clientes fue contar con su presencia en la Serie del Caribe, recién celebrada. Allí los invitados eran recibidos en un área VIP y tratados a cuerpo de rey, donde no sólo contaban con las atenciones de un personal a su disposición, sino que de igual tenían las atenciones de sus máximos ejecutivos.

La inversión de entretenimiento para el público no sólo se limitó al disfrute de los juegos, sino que empresas como la Cervecería Nacional Dominicana contrataron porristas, quienes durante la serie presentaron espectaculares maniobras tanto en el terreno de juego como el aire.

Una vez más los dominicanos dieron una muestra de que en los deportes se debe invertir, que los gobiernos y el sector productivo deben apoyar estas disciplinas, y que deben ser accesibles a todos los niveles como empresa patrocinadora de que en esta ocasión le correspondió al país ser anfitrión.

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