La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) realizará un programa regional para apoyar a las comunidades más vulnerables de las zonas áridas de República Dominicana y del Corredor Seco Centroamericano (Guatemala, Honduras y El Salvador) a enfrentar los efectos del cambio climático y aumentar su resiliencia o capacidad para enfrentar estos problemas.
El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) aportó US$2 millones para la formulación del programa, gracias a un acuerdo firmado el miércoles con la FAO.
Además, para aumentar el apoyo económico a este proyecto, la Comisión de Ambiente y Desarrollo del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) llevará la dirección estratégica del programa y lo presentará al Fondo Verde del Clima para obtener financiamiento para su implementación, el cual se estima cercano a los US$400 millones.
De acuerdo a un comunicado de la FAO, el programa promoverá sistemas agroalimentarios sostenibles basados en conocimientos que potencien los servicios ecosistémicos de los que dependen las comunidades.
Su eje principal será fortalecer las capacidades de los países miembros del SICA para cumplir con los compromisos de la agenda ambiental y asegurar una adecuada gestión de los ecosistemas y la biodiversidad, con un enfoque de territorio.
«Las acciones climáticas y las nuevas inversiones que se pretenden implementar a través de este programa ofrecerán respuestas integrales a las actuales condiciones naturales negativas que afectan a las comunidades vulnerables”, dijo Alejandro Rodríguez Zamora, vicepresidente ejecutivo del BCIE.
El coordinador de la FAO para Mesoamérica, Tito E. Díaz, destacó que el cambio climático exacerba las condiciones de vulnerabilidad de las familias que viven en el Corredor Seco Centroamericano.
“Es indispensable pasar de la respuesta a emergencias a una acción integral en términos ambientales y socioeconómicos, que enfrenten las causas estructurales de la vulnerabilidad, la degradación de los recursos naturales, la desigualdad, la pobreza y la poca diversificación de los medios de vida”, dijo Díaz.
El nuevo programa permitirá diseñar mecanismos financieros innovadores para mejorar la resiliencia de los medios de vida de miles de agricultores familiares, y fortalecer los sistemas de información agroclimática y de alerta temprana.
El proyecto está enfocado en los productores a pequeña escala y las comunidades rurales que son las más vulnerables ante la sequía, convirtiéndola en un fenómeno socioeconómico importante por sus efectos en la pérdida de medios de vida, la descapitalización de las pequeñas economías familiares, el empobrecimiento y la migración hacia los centros urbanos sobrepoblados.