BOGOTA. AP. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia confirmaron ayero la muerte de su máximo dirigente Manuel Marulanda, conocido como “Tirofijo”. 

En un comunicado leído por Timoleón Jiménez, del Secretariado de las FARC, el grupo guerrillero confirmó que “Tirofijo”, de 78 años, murió “en brazos de su compañera”. Indicó que se designó como su sucesor a Alfonso Cano. 

El ministro de Defensa Juan Manuel Santos afirmó ayer en rueda de prensa que con la muerte de Marulanda se cierra “un capítulo de las FARC, que cumplen el próximo martes 44 años de lucha que sólo le ha traído dolor, sufrimiento, violencia y muerte al país”. 

Jiménez dijo a través de la cadena Telesur que Pedro Antonio Marín, nombre real de “Tirofijo”, estaba rodeado de su guardia personal al momento de morir. 

Aseguró con voz entrecortada que fue enterrado con los honores que merecía “un conductor de su dimensión”. También precisó que murió tras una corta enfermedad.  Marulanda dirigía las FARC desde hace más de 40 años. Fue visto por última vez durante las frustradas negociaciones de paz con el gobierno del presidente Andrés Pastrana (1998-2002).  Santos explicó que el gobierno estaba seguro de la muerte de “Tirofijo” porque la inteligencia militar había interceptado una comunicación entre dos cabecillas de la guerrilla.  Aseguró que Marulanda estaba aislado en un sector al sur del país entre los departamentos de Huila y Meta donde “solamente su guardia tenía acceso a él”.  A Cano el ministro le dijo que aprovechara “esta oportunidad para negociar y lograr un acuerdo de paz”. 

Ven oportunidad para los rehenes
La muerte de “Tirofijo” abre esperanzas de que esa guerrilla pueda adoptar una posición más flexible en torno a unos 39 rehenes en su poder, dijeron políticos y familiares. «Es un momento ideal para que las FARC den una inflexión en su posición frente a los rehenes», dijo el ex presidente Ernesto Samper, promotor de una negociación con los rebeldes para liberar a los secuestrados, entre ellos la ex candidata Ingrid Betancourt, también de nacionalidad francesa. Del grupo hacen parte, además, tres estadounidenses y decenas de policías y militares. 

También el secretario de la Conferencia Episcopal Colombiana, monseñor Fabián Marulanda, a quien el gobierno ha encomendado buscar acercamientos sobre los rehenes, dijo que en homenaje a su líder, la guerrilla podría levantar algunas de sus condiciones para negociar el canje de los rehenes por 500 rebeldes presos. «Sería interesante que al desaparecer Manuel Marulanda, como homenaje se puedan abrir caminos de vida y libertad», manifestó el prelado.