FARC no descarta iniciar negociación con gobierno

FARC no descarta iniciar negociación con gobierno

BOGOTA (AFP).- La guerrilla de las FARC abrió este domingo la posibilidad de llevar a cabo una negociación con el gobierno de Alvaro Uribe pero condicionó el diálogo al cumplimiento de demandas que ya han sido rechazadas por el mandatario colombiano.

   «Nosotros estamos dispuestos a dialogar sobre los temas de los que depende la paz. Pedimos que el gobierno desmilitarice los departamentos de Caquetá y el Putumayo, para iniciar conversaciones», aseguró Raúl Reyes, número dos del grupo insurgente en una entrevista concedida por Internet al diario El Tiempo

   A esa exigencia, el líder guerrillero dijo que se debería sumar la liberación de todos los miembros de su organización que se encuentran en las cárceles colombianas, incluido Simón Trinidad, líder rebelde capturado en Quito y que se encuentra en una cárcel de máxima seguridad del país.

   Reyes dijo que en este momento «no hay ninguna vía de comunicación con el Gobierno» de Uribe e invitó a éste a llevar a cabo un intercambio humanitario de secuestrados en poder de las FARC por rebeldes presos.

   «Proponemos entregar a todos los canjeables, militares, policías, diputados del Valle, habitantes del Edificio Miraflores, a la candidata Íngrid Betancourt, al ex ministro Araújo, a los norteamericanos, etc., a cambio de todos los guerrilleros presos», dijo Reyes.

   «Es completamente viable, pero no tenemos interlocutor. Pese a eso, insistimos en el intercambio humanitario. La buena voluntad de la Iglesia y la voluntad de las FARC producirá, tarde o temprano, un acuerdo. Si no es en este gobierno, otro lo tendrá que hacer», añadió.

   El líder rebelde dijo que su exigencia de desmilitarizar los departamentos de Caquetá y Putumayo -hecho que ha sido descartado por Uribe- no le parece descabellado pues, dijo, «las FARC están en todo el país y pueden controlar los dos departamentos».

   Hace una semana, el grupo rebelde había descartado la posibilidad de negociar un acuerdo de paz con Uribe, a través de un comunicado de prensa firmado por su secretariado del Estado Mayor Central, en el que descalificó los logros militares anunciados por Uribe.

   Las declaraciones de Reyes se producen en medio de un enfrentamiento verbal entre Uribe y su antecesor, Andrés Pastrana (1998-2002), por la forma en que éste condujo una negociación con las FARC que involucró el otorgarles el control de un área de 42.000 km2.

   «Una cosa es el coqueteo con los violentos para comprar sonrisas y producir imágenes de televisión y otra cosa es un proceso de paz serio, que surge solamente cuando ellos entiendan y acepten que el Estado está recuperando el imperio de las instituciones», dijo Uribe el jueves, al aludir al frustrado proceso de Pastrana.

   Sin mencionar a Pastrana, Uribe aseguró que «la blandura, la debilidad del Estado, el leguleyismo, la oratoria tanto tiempo dedicada a apaciguar a los violentos», permitió que el terrorismo se fortaleciera antes de que él asumiera la presidencia en agosto de 2002.

   Analistas dijeron a la AFP que la declaración de Reyes no tendrá ninguna incidencia ni abre las puertas a proceso alguno debido a que «lo que hoy en día están pidiendo las FARC es precisamente lo que les otorgó Pastrana en su momento y lo mismo que, por oponerse rotundamente, dio el triunfo a Uribe en las urnas».

   «Reyes no ofrece nada. Simplemente repite las exigencias que las FARC le han hecho a los últimos seis presidentes y no ofrece absolutamente nada. Uribe ganó las elecciones diciendo que nunca entregaría un milímetro del país a las FARC y no veo por qué tendría que hacerlo ahora», opinó el analista Fernando Avellaneda.

   Por su parte, Alfredo Rangel, director de la Fundación Seguridad y Democracia, consideró que Reyes es consciente de que Uribe nunca cumplirá esas demandas, pero pretende «quitarse la presión de la opinión pública que ve resultados militares del gobierno y un sospechoso silencio de las FARC».

   La presidenta de la Cámara de Representantes, Zulema Jattin, recibió el anuncio de Reyes con optimismo.

   «El Gobierno debería tomar nota de las palabras de Reyes y reconocer que es un avance y que abre las puertas del diálogo, aunque dudo que acepte lo del despeje», señaló.

   Las FARC -la mayor y más antigua de las guerrillas del país con unos 17.000 combatientes- han señalado su disposición a un acuerdo humanitario que permita la liberación de secuestrados, pero mantienen serias diferencias de fondo y forma con el gobierno de Uribe para llevarlo a cabo.

 

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