POR JOSELIN RODRÍGUEZ
Veinticinco años de enseñanza ininterrumpida dan a Farida Diná, pianista fundadora de la escuela que lleva su apellido, la autoridad para afirmar que en República Dominicana hay mucho talento en el renglón de la música.
Es por esa razón que lamenta que, a diferencia de otros niños, los de aquí no estén expuestos desde su tierna infancia a la buena música, sea popular o clásica.
Reconoce que de un tiempo hasta ahora la situación ha ido variando un poco, pues se está impartiendo música como una materia obligatoria en las escuelas y, además, muchos padres están apoyando el talento de sus hijos.
Anteriormente no había esa cultura, pero ahora es bueno señalar que esta situación ha cambiando un poco. Los padres hacen sus esfuerzos por educar a sus hijos en tan bella arte, espresó la fundadora de Estudio Diná.
Pese a estos cambios, Farida tiene una gran preocupación, y es que muchos jóvenes talentosos se están desperdiciando por no tener una persona que los acoja o que le suministre los instrumentos.
Debido al compromiso indisoluble que tiene con el arte, Farida dijo que desde la fundación de este instituto se creó un sistema de becas con la finalidad de apoyar a jóvenes de escasos recursos que son muy capacitados.
Entre un 10 y un 11 por ciento de nuestra población se beneficia con las becas. Hemos descubierto en muchos de esos niños un gran talento y por eso los apoyamos.
Como toda propulsora del arte, Farida tiene un sueño: que la música llegue a ser asequible a todo el mundo. Eso es lo que definió como el gran ideal que la motiva a seguir cada día.
También destacó que en la actualidad se le está dando apertura a la música popular y a los exponentes de este género.
Una historia de amor
Farida ha dedicado 25 años de su vida a la enseñanza musical de jóvenes y niños a través del Estudio Diná de Educación Musical, proyecto que nació, no porque ella así se lo propusiera, sino motivada por la maestra Gracita Senior de Pellerano, quien vio en ella las cualidades para enseñar.
Esto ocurrió cuando Farida era maestra en la Escuela Elemental de Música. Doña Gracita le envió las dos primeras alumnas, con las que hace más de dos década inició lo que parecía ser una utopía. En honor a ella la escuela tiene unos premios y una biblioteca que llevan su nombre.
Han sido 25 años de muchas satisfacciones, de apostar por la música y la educación y ver los frutos. Muchos de los jóvenes que estudiaron con nosotros han hecho de este arte su carrera.
Ella es una mujer muy cuidadosa y consciente de la responsabilidad que tiene como educadora. Es por eso que le tomó dos décadas extender sus horizontes hacia Santiago. Por el momento no pretende ampliarse a otras zonas, argumentando que la educación musical requiere de buenos profesores.
Con mucho orgullo, Farida dijo que jóvenes egresados del centro están haciendo licenciaturas y doctorados en prestigiosas universidades internacionales y otros están impartiendo clases en Estudio Diná, situación que definió como un aval de que lo están haciendo bien.
Omar Ubrí, pianista que poco a poco ha hecho un nombre; Ernesto Fernández, joven flautista que a los 10 años tuvo el honor de ser contraparte de Néstor Torres, y otros tantos jóvenes, son egresados de la reconocida escuela.
Estudio Diná fue la primera academia del país en ser aceptada como miembro de la Asociación Latinoamericana de Conservatorios y Escuelas de Música.