Cuando Faride Raful llegue a su despacho en el Ministerio de Interior y Policía asumirá el mayor reto de su carrera: dirigir la política de Estado en materia de seguridad ciudadana y, como parte de ello, enfrentar las instituciones más peliagudas que tenemos en el país.
Faride será la segunda mujer en ocupar ese cargo: la primera fue la doctora Rosa Julia de la Cruz Santana, nombrada el 16 de junio de 1980 por el entonces presidente Antonio Guzmán (¡hace 44 años!).
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Lidiar con la Policía Nacional (más todas sus direcciones) y con la Dirección General de Migración será complicado por lo que representan esas entidades: espacios donde la corrupción y el irrespeto a los derechos humanos ha estado latente.
Llevar adelante la Reforma Policial será el gran desafío porque encontrará resistencia para trasformar y humanizar a quienes están encargados de velar por nuestra seguridad en lugar de acabar con ella.
La serenidad y la templanza serán fundamentales para emprender esa intrincada función y sortear los obstáculos y zancadillas que le pondrán. Ella debe haberlo pensado desde hace días pero sirvan estas líneas para recordarle que ese nombramiento, más que un voto de confianza, es un ejemplo para todas: ahora podremos soñar con romper otros techos de cristal.