Fatales encuentros policiales

Fatales encuentros policiales

Una de las experiencias más excitantes que recuerdo fue subir al piso 102 del Empire State en la ciudad de Nueva York, a final de la década de los sesenta del siglo pasado. Se trata de la considerable altura de 381 metros, siendo cerca de la décima parte de la altura del pico Duarte que es de 3,087 metros.

De modo paradójico, escalar al pico Duarte en enero de 1986 no me produjo el efecto de vértigo que veinte años había sentido en la ciudad de los rascacielos mirando a la gente como hormigas y a los carros cual si fueran escarabajos. Los observatorios colocados en el majestuoso edificio neoyorquino permiten ver desde distintos ángulos una ciudad fragmentada. Para tener una visión completa tendríamos que unir las diferentes imágenes a fin de totalizar la panorámica.

De un modo parecido nos sucede cuando analizamos los hechos que acontecen en nuestro entorno social. Cada observador describe lo que su ángulo de mirada le permite ver. Voy a narrar lo que nuestro telescopio colocado en el Instituto Nacional de Patología Forense nos muestra acerca de la mortalidad homicida en la ciudad capital. En específico he de mencionar solamente aquellos casos en donde los cadáveres son traídos con una nota informativa que dice: “falleció durante un enfrentamiento con una patrulla policial”.

Al examinar esos muertos nos encontramos con que casi todos son masculinos jóvenes cuyas edades oscilan entre los 18 y los 29 años con una media de 24 años.

Proceden de estratos sociales humildes ubicados en los barrios pobres citadinos. La inmensa mayoría son desempleados y con poca escolaridad.

Como dato interesante apuntamos la presencia de varios tatuajes corporales con imágenes simbólicas, nombres de mujeres y frases alegóricas. Presentan heridas por proyectiles de arma de fuego cañón corto, aunque en ocasiones los disparos son de escopeta.

Resulta importante resaltar que los orificios de entrada se localizan tanto frontalmente como en la espalda y por los costados. Es por ello que hemos preferido utilizar la palabra encuentros policiales en vez de enfrentamiento ya que no siempre la víctima fue impactada cuando miraba cara a cara a la patrulla sino que los miembros de la uniformada unas veces la veían desde el lado izquierdo, otras desde el derecho y también lograban hacer blanco desde el dorso o parte posterior del cuerpo.

¿Qué nos dicen estas observaciones estadísticas? Nos revelan que si usted es masculino joven y desempleado, con poca educación formal, procedente de un barrio pobre de la capital, con tatuajes en la piel y anda solo o acompañado de noche, debe evitar a como dé lugar encontrarse con la policía. Las probabilidades son que usted termine en el observatorio de Patología Forense.  

Desde luego, eso es lo que estas frías estadísticas nos dicen hoy, puede que mañana nos digan otra cosa. Así esperamos.

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