Fausto Ortiz
“Horizontes del Silencio”

Fausto Ortiz<BR>“Horizontes del Silencio”

La resistencia a la mirada crítica, por más “ligera”, honesta, espontánea y constructiva que sea, se comprueba como penoso estigma del sistema cultural institucional y de la “realidad artística” en el Santo Domingo de las últimas dos décadas. Algunos sostienen que jamás fue diferente y te citan aluviones de anécdotas, entre el absurdo y lo siniestro, relacionadas a los “anales” de otros tantos “virreinatos”, “incumbencias” y gestiones culturales de efímera intolerancia. 

Tenemos el caso de importantes instituciones, públicas y privadas, que  proclaman su pleno apoyo a la proyección y difusión  de nuestras expresiones artísticas y culturales. Mas, desde el ámbito de la crónica cultural, existe la extendida percepción de que aspectos “antiguamente” valorados en la efectiva gestión, tales como la apertura programática, el intercambio fraterno y transdisciplinar, el rigor en la producción, la precisión en el tiempo y en el “proceso” de distribución de la información sobre el mismo “producto”  a través de los espacios y medios de comunicación especializados, además de la formación e idoneidad- ética y vocacional- de los recursos humanos “responsables”, se minimizan mediante la performance del desparpajo improvisador y el extravío de la ética misional, ejecutada por desprevenidos “performers” de la frivolidad, amparados en la infeliz justificación de  la “falta de  tiempo y recursos”.

Ante esta avalancha de la banalidad nadie escapa. Ni siquiera instituciones de primer orden como el Museo Bellapart (que desde la salida de su primera directora, Luisa Auffant, permanece “abiertamente”  aislado de importantes sectores de la sociedad, los artistas, la crítica y los “mass media”) o el Centro Cultural de España, cuyos proyectos recientes más significativos se registran en las gestiones de Ana Tome y Ricardo Ramón Jarne. Luego, a partir de las gestiones de Javier Ayguabella y Fernando Rueda-y a pesar de propuestas como las  del “Colectivo Quinta Pata” y Polibio Díaz, entre otras de menor importancia, resultan notables los altibajos en la calidad de las exposiciones de artes visuales. De muchas actividades uno se entera  cuando ya han finalizado y ni hablar de la calidad de la información divulgadora. Definitivamente, este es un tema bien amplio y complejo…

Sin embargo, hasta el próximo domingo 18 de julio, en sus encalados y medievales muros-Sala María Ugarte-, el CCE mantiene abierta la séptima exhibición individual del laureado artista del lente Fausto Ortiz, titulada “Horizontes del Silencio” y compuesta por un sugestivo cuerpo de obras-extracto de sus series “Exodos” y “Ciudad de Sombras”-, entre fotografías e instalaciones fotográficas, articulando propuestas simbólicas polivalentes cuya singularidad discursiva opera a partir de  su depurada resolución técnica y formal, así como desde su efectiva capacidad de provocación de la mirada, el pensamiento, la curiosidad y la motivación del espectador.

Sobre las motivaciones y experiencias personales que lo llevaron a materializar estas dos series de imágenes fotográficas en blanco-negro y a color de inequívoco e inquietante aire fantástico y surreal, Fausto Ortiz reflexiona: “Las personas con las que interactué, entraban y salían  delante de mi cámara haciendo referencia a su misma  situación de emigrantes. Sombras en la cuidad, todo emigrante ilegal se convierte en eso, en una especie de sombra carente de toda identidad (sin ID), entran y salen dejando una huella de lo que fueron. En todas las ciudades  del mundo es el mismo proceso: personas no gratas que son útiles sólo cuando se les necesita y  en todos los sitios igualmente explotadas. Siempre que haya una situación de desigualdad o desequilibrio económico tendremos el mismo proceso”…

Con una actitud estética eminentemente lúdica y transgresora ante los medios y formatos “tradicionales” de la fotografía, Fausto Ortiz nos propone un diálogo profundo, desde su búsqueda insaciable a través del dispositivo tecnológico, el silencio y la meditación, en torno a ciertas problemáticas críticas que tocan los contextos geopolíticos y las cartografías espirituales que se entrecruzan y definen en el Caribe contemporáneo, tales como las mitologías neoliberales del progreso, los rituales predatores del poscolonialismo, la condición insular, la migración, los prejuicios identitarios en el imaginario popular, las mutaciones del paisaje social,  los terribles efectos de la devastación ecológica, así como las ilusiones colectivas e individuales de redención y prosperidad material.

FAUSTO ORTIZ

EN SÍNTESIS

En poco más de una década, Fausto Ortiz (1970) se establece como uno de los fotógrafos dominicanos de mayor actividad, desarrollo y proyección, tanto en el plano local como a nivel internacional.  Sus imágenes impactan en exposiciones y eventos contextualizadores como la IX Bienal Internacional de Cuenca, Ecuador (2007); “Infinite Island: Contemporary Art of the Caribbean”,  Brooklyn Museum, Nueva York; “Inside and Out”, Cultural Center Of The Inter-American Development Bank; “Object of Power and Devotion”, Museo de Arte de las Américas/OEA, Washington, DC., EE.UU.; “30th International Photofestival Knokke-Heist”,Bélgica; (2008) y  la X Bienal de La Habana, Cuba (2009). Entre sus reconocimientos mas importantes destacan: Premio Categoría Libre 1ra Bienal Paleta de Níquel,  Museo Candido Bidó, Bonao (2005) y Premio Categoría Blanco y Negro, concurso Abelardo Rodríguez Urdaneta, Fundación Global (Funglode) Santo Domingo (2008). En el 2009, el Museo de Arte Moderno organiza su retrospectiva “Proceso” y su instalación fotográfica titulada “Laberinto” es premiada en la XXV Bienal Nacional de Artes Visuales.

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