Favelas atraen a turistas

Favelas atraen a turistas

RIO DE JANEIRO (AP) — Un carioca de clase media jamás se aventuraría a visitar algunas de las favelas que cubren las colinas alrededor de las playas de Ipanema. Pero cada vez más extranjeros se olvidan de los barrios cerca de la playa, con sus costosos hoteles y comercios, y tratan de ver “el verdadero Brasil”, el de las colinas.  Gabe Ponce de León es uno de ellos.

Vino a Río en el 2001 desde Estados Unidos en un intercambio estudiantil y se dio la gran vida hasta que descubrió las favelas. Comenzó a enseñar inglés y tuvo su primera experiencia en un barrio de emergencia cuando un estudiante lo llevó a Rocinha, un sitio cuyo solo nombre le inspira miedo a muchos brasileños.

 “Rocinha parece un sitio deprimente desde afuera, como si se tratase de una fortaleza inexpugnable”, declaró Ponce de León, quien tiene 27 años.

“Pero adentro es como un pueblo, los chicos juegan en la calle y uno conoce a los vecinos”.  Ponce de León decidió alquilar una habitación en la casa donde residió como estudiante por 75 dólares al mes y sumergirse en la vida de la favela. 

“Es muy divertido. Hay grupos de samba allí, bailes ’funk’ y muchos bares”, expresó. “No hay policías, ni abogados, ni burocracia, ni comercialismo o regulaciones corporativas”.  La italiana Barbara Caroli se entusiasmó con las favelas al sentirse cautivada por las miles de luces que iluminan las colinas de noche.  “Sentí que me estaban invitando”, declaró Caroli, quien dejó su trabajo en una agencia de bienes raíces en Milán, se radicó en Rocinha, se casó y abrió una escuela para niños en edad preescolar. “Esto es la vida. Hay balaceras y a veces una no puede dormir por los tiros, pero casi nunca se ve un cadáver. La gente no celebra la muerte, celebra la vida”. 

No se sabe con exactitud cuántos extranjeros viven en las favelas.

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