El escritor Ramón Emilio Saviñón M. aboga porque el Banco Central tenga un control de todos los dólares que entren al país. En una conferencia suya sobre “el peso oro dominicano; origen, evolución y devaluación a través de su historia”, editada por la Academia de Ciencias en forma de libro, Saviñón M. plantea que el Banco Central debe identificar las fuentes de los dólares que ingresan al país y destinarlos a cubrir las necesidades del comercio y la industria, de acuerdo a una programación de disponibilidades.

Consideró que los requerimientos de divisas debieran hacerse a través de los bancos comerciales para el pago de operaciones internacionales, tales como apertura de cartas de crédito, cobranzas, transferencias, préstamos, giros, etc.”.

Cuestionó que en la medida en que los países desarrollados tecnifican sus controles para determinar el origen del dinero que circula en sus mercados, los países pequeños ricos pero mal administrados, como el nuestro, se presentan como ideales paraísos depositarios de fondos mal habidos. Considera que en “países como el nuestro con una seria crisis fiscal, cambiaria y falta de controles, se ofrecen grandes facilidades para lavar dinero mal habido procedente del narcotráfico, evasión de impuestos, trata de blancas, migración legal, contrabando de armas y de artículos de uso y de consumo, negocios estos llevados a cabo por grandes capos nacionales e internacionales que realizan estas actividades productoras de millonarios beneficios”.

“Durante años le he dado seguimiento al comportamiento de nuestras autoridades monetarias y la Superintendencia de Bancos concluyendo que sus incumbentes durante los últimos cuatro años carecieron de experiencia necesaria, razón principal de la actual situación económica por la que atraviesa el país”, expresó.

Consideró que “el gobierno de Mejía debió salvar el Banco que dejó sucumbir por razones políticas y posteriormente someter a la acción de la Justicia a los responsables de las faltas que se comprobaran con una auditoría realizada por la Superintendencia de Bancos, como ha ocurrido con algunos de los accionistas y funcionarios de los dos bancos salvados”.

Recordó que “nuestra moneda continuó devaluándose durante los años 2003 y 2004 hasta llegar a m{as de 50 pesos por dólar y en ocasiones no aparecía, lo que demuestra que las medidas tomadas por la Junta Monetaria resultaron ineficaces al continuar con su política neoliberal de libre mercado”.

Plantea que durante el gobierno del Presidente Leonel Fernández la prima de cambio de la moneda se ha estabilizado entre 28 y 30 pesos pro dólar, a nuestro juicio de una manera ficticia como consecuencia de que el Banco Central viene captando, a partir de fines de mayo de 2003, gran cantidad de pesos con sus certificados de depósito a altos intereses, estableciendo una competencia desleal con la banca comercial, violando la Ley Monetaria No. 183”.

“Esta situación ha reducido el circulante que necesita la economía para su eficaz desarrollo y, por otra parte, las importaciones han disminuido en los últimos doce meses en unos mil quinientos millones de dólares, todo lo cual contrae significativamente la demanda de dólares, pero a su vez limita el crecimiento de las actividades económicas del país”.

Saviñón M. afirma que el Banco Central ha perdido el control de las estadísticas de los dólares que ingresan al país, deficiencia que le impide publicar un estado para conocimiento y planificación del empresariado nacional y otros usuarios, con la cantidad de divisas disponibles mensual y anualmente…”.

Cuestionó la devaluación que ha registrado el peso dominicano desde su cración, “consciente de que nuestros ahorros personales de 50 años de trabajo se devalúan”.