Favorecen construcción de elevado en Villa Mella

Favorecen construcción de elevado en Villa Mella

POR LEONORA RAMÍREZ S.
Aunque haya caos y se altere la vida de quienes viven o laboran en Villa Mella, residentes en ese sector del Municipio Santo Domingo Norte favorecen que se construya un elevado en la avenida Hermanas Mirabal, tal como anunció Diandino Peña, director de la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (OPRET).

De 6:00 a 9:00 de la mañana, y de 5:00 de la tarde a 8:00 de la noche transitar por Villa Mella es prácticamente imposible, debido a la cantidad de vehículos que se desplazan hacia y desde el Distrito Nacional y otros municipios de la Provincia Santo Domingo.

A Franklyn Pichardo le parece positiva la propuesta de la OPRET, porque con la misma se mejorará el tránsito en ese sector, pero «con tantos problemas que tiene este país, principalmente económicos, lo que debe hacer el gobierno es tomar medidas para que bajen los alimentos».

Héctor de León consideró que la construcción de un elevado en Villa Mella beneficiará a cientos de personas que llegan tarde al trabajo, producto de los tapones.

Para Franklyn Rondón el proyecto gubernamental es positivo porque significa progreso, «va a haber un caos, pero no importa, en la vida todo es sacrificio¼ y los más beneficiados serán los estudiantes que cruzan esta peligrosa avenida».

El 15 de septiembre del 2005 Peña anunció que esa dependencia de reciente creación erigirá un elevado en la avenida Hermanas Mirabal -que es la vía troncal de ese sector del municipio Santo Domingo Norte-, que comenzará probablemente en el puente Presidente Peynado.

De acuerdo con Peña, quien está al frente de la OPRET desde el lunes 12 de septiembre cuando el Presidente Leonel Fernández la incluyó en el plan de ahorro de combustibles, la velocidad promedio de los vehículos que transitan por la citada vía es de ocho kilómetros por hora, lo cual entorpece la movilidad de cientos de personas.

TEMOR A LA EXPROPIACION

Egnolia Tejada, estudiante universitaria, entiende que esa infraestructura llevará tranquilidad a mucha gente, «ya que en las noches cruzar las calles suele ser peligroso, a parte de las incomodidades en las horas pico».

Asimismo, Carlita Fructuoso, una señora de 80 años que ha sido testigo del crecimiento de Villa Mella, aprueba cualquier decisión que tomen las autoridades, «porque yo no me opongo a nada».

Juan Antonio Acosta y Domingo Santana, residentes en Villa Mella, y habituales víctimas del caótico tránsito que caracteriza a esa zona, consideran que el elevado es imprescindible para mejorar el transporte en ese sector que esconde, tras los negocios ubicados en la avenida Hermanas Mirabal, urbanizaciones de clase media, así como barrios marginados donde la pobreza suele ser extrema.

En ese sentido, Antonio Mota, cuya casa podría quedar en las inmediaciones de la citada obra (él vive después del puente Presidente Peynado) teme que se la expropien para dar paso a la infraestructura vial.

«A mi me parece bueno eso, esta avenida es muy peligrosa, sobre todo para los muchachos que van a la escuela, porque por aquí no hay semáforos», dijo José Sánchez.

Para Mireya Hernández la decisión de la OPRET es correcta «porque estos tapones no hay quien los aguante». Sin embargo, Simón de Paula, que aprueba la obra, teme que la misma no se materialice por la oposición que podrían hacer los comerciantes.

LOS COMERCIANTES: A FAVOR Y EN CONTRA

Aunque están conscientes de que un elevado agilizaría el tránsito en una zona caracterizada por el caos en las horas pico, comerciantes de Villa Mella temen que la construcción de una obra de ese tipo sepulte sus negocios.

Para Delfina Heredia, propietaria de un salón de belleza, si esa obra se levantase desde el Comando de Apoyo de Combate (conocido como Polvorín) hasta el liceo Santa Cruz, ubicado después de la entrada del barrio Los Guarícanos, se resolvería uno de los mayores problemas de Villa Mella.

Virgilio Eusebio, dependiente de la banca de apuestas Danny, presume que muchos locales comerciales tendrán que desaparecer, al igual que algunas residencias, porque para levantar un elevado se requiere ampliar las vías.

Asimismo, Roberto Antonio Santos, del estudio fotográfico Villa Mella, consideró que los comercios ubicados en la citada vía tendrán la misma suerte que los de las avenidas Jhon F. Kennedy y 27 de febrero, en el Distrito Nacional, donde la construcción de sendos elevados incidió en el cierre de negocios.

«Es verdad que se resolvería el problema del tránsito, que es insoportable en esta parte de la ciudad, y también las propiedades tomarán más valor porque mucha gente no vive en Villa Mella por los tapones que se producen de 6:00 a 9:00 de la mañana, y de 5:00 a 7:00 de la noche», refirió.

Iván Peña, propietario de la tienda Iván Sport, entiende que la obra es positiva, pero al mismo tiempo perjudicial para los comerciantes porque las ventas se reducirán.

«Con un elevado, que no se puede negar que mejorará el tránsito, la gente se parará menos en los negocios de la zona.

«Yo pienso que las autoridades deberían pensar en otras vías de desahogo, no la avenida Hermanas Mirabal».

Jenny Rodríguez y Olga Genao, dos vendedoras de chicharrones ubicadas en uno de los pocos puestos que quedan en Villa Mella (un lugar legendario por la venta de ese tipo de carne y por sus danzantes de son) no quisieran desaparecer con el elevado.

«Si es para resolver el problema del transporte yo lo veo positivo, pero yo vivo de esto, Dios es el que sabe», dijo Genao.

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