Favorecen el proyecto de Nutrición Materno Infantil

Favorecen el proyecto de Nutrición Materno Infantil

Varias mujeres se mostraron ayer de acuerdo con la creación de un programa, mediante ley, que obligue al gobierno a destinar recursos para la alimentación de embarazadas, recién paridas, niños, niñas y adolescentes dentro de familias de escasos recursos económicos.

Sin embargo, aclararon que debe tratarse de un plan que procure instruir a las mujeres pobres y  a las madres solteras a aprender un oficio, para que luego cuenten con un empleo o una  microempresa que les garantice los recursos que necesitan para costear el sustento del hogar.

Los criterios fueron emitidos por Clara Rosa Arias, Yiye Aquino y Sonia Cruz, todas son mujeres que trabajan y una que es madre soltera.

 Fueron interrogadas en torno al proyecto que solicita la creación del Programa Nacional de Apoyo a la Nutrición Materno Infantil, a través de la Secretaría de Salud Pública y el Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (CONANI). La senadora peledeísta por La Romana, Amarilis Santana Cedano, propuso el programa que estudia el  Senado y que lo declaró de alto interés social, para que el Estado se ocupe de la  alimentación suplementaria a mujeres pobres embarazadas o recién paridas.

Recomienda para los  niños y niñas de familias vulnerables que a partir  de los seis meses y hasta los cinco años de edad se les entregue alimentación suplementaria.

Arias llegó a adulta sin contar con una vivienda y pagando un alquiler de mil pesos al mes. No cuenta con  un empleo, por lo que es partidaria de que el Estado aporte los fondos necesarios para la manutención de las mujeres embarazadas y en condiciones de pobreza.

 Hasta ayer residió en el sector La Jabilla, en Sabana Perdida, donde las lluvias le dañaron su casa. Los últimos años los ha pasado trabajando en un puesto de comida. Dice que si tuviera la oportunidad de pedir una ayuda pensaría en una vivienda.

El criterio de Yiye Aquino es similar, pero mantiene la idea de que un embarazo no impide que las mujeres puedan trabajar. Esta mujer  dice profesar el cristianismo desde hace 17 años, lo que según ella le ha permitido tener una vida austera y alejada de los ambientes malsanos. Tiene un puesto de comida en el sector de  Cristo Rey, adonde se desplaza diariamente de su residencia en el sector Sabana Perdida. Ayer no le fue bien, como ella misma comentó, pues de 30 platos desechables que compró para despachar el sábado, le sobraron seis.

     A mucho batallar aprendió que el trabajo es parte de su vida, incluso, le presta una que otra ayuda a sus hijas. Cuando aceptó dar su parecer sobre la posibilidad de que el Estado mantenga a las embarazadas sin recursos, dijo que se debe considerar que no sea para las que abusen de esa asistencia.

Aboga  empleo y Educación. La fórmula de Sonia Cruz no tiene desperdicios. Por  ser una madre soltera, con cuatro hijos, tiene la responsabilidad de padre y pese a esto,  cree que cada mujer puede abrirse camino por sí sola.

Le agrada la noticia de la ayuda gubernamental y sabe que muchas mujeres la necesitan. Pero aclara que lo favorable es que las madres solteras, embarazadas o no, consigan la manera de trabajar y estudiar.

Recientemente, perdió su casa del ensanche La Fe en un incendio. Dice que lejos de caer, se apoyó en sus vecinos y sigue limpiando uñas a domicilio para mantener su hogar.

Zoom

Mujeres de barrios

En el corazón de cada sector aparece un grupo de mujeres que por necesidad aprende a desempeñar los más variados trabajos. Montan su propio salón o cafetería. Unas cocinan en fondas, otras venden fritura, frutas, tienen paleteras o elaboran helados. Algunas viven de las actividades del mercado, cosen ropa  o dan masajes a domicilio, incluyendo la limpieza de las uñas. Las  menos hábiles se dedican a lavar, planchar o trabajar en casas de familia.

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