La memoria de los 20 años de Fe y Alegría nos hace reflexionar y compartir la experiencia de las Casas Infantiles Comunitarias de las parroquias Santo Domingo Savio del barrio de Los Guandules; San Martín de Porres de Guachupita y San Ignacio de Loyola de La Ciénaga.
Hacia el 2003, la parroquia Domingo Savio, en colaboración con el Catholic Relief Service, lanzó el Proyecto Vida para niños vulnerables al virus VIH-SIDA. Se identificaron unos 100 niños, en gran parte huérfanos, y se iniciaron dos actividades: salas de tareas y casas infantiles.
En un próximo paso se integraron más niños, en particular los carentes de documentos de identidad. No fue fácil, porque las familias no aceptaban que los sanos se juntaran con pacientes de SIDA. De todas maneras se salió adelante y se formó JIDOSA, Jardín Infantil Dominguito Savio, para lo cual se construyó una escuelita en La Ciénaga de Los Guandules.
En la parroquia vecina, San Martín de Porres de Guachupita, se había comenzado un proceso de educación inicial con el proyecto de Casas Infantiles Comunitarias de la Secretaría de Educación (2000-2004). Había un total de cuatro CIC. La Secretaría abandonó el proyecto, pero una y otra experiencia se fundieron al punto y hoy hay once escuelitas de nivel pre-escolar-niños menores de cinco años- con 440 niños/as y diez y nueve docentes.
Las escuelitas funcionan en casas típicas del barrio adaptadas a propósitos escolares. Se tumban paredes para ampliar salones, se adaptan los servicios sanitarios, se ventila el local con más ventanas y abanicos y se le proporciona iluminación. En el orden pedagógico se dotan de recursos académicos y lúdicos que sostengan la enseñanza.
Los padres, vecinos a las escuelitas, llevan la alimentación. Para aquellos necesitados, la escuela les proporciona la comida necesaria.
El proyecto busca fortalecer la educación pre-inicial en estos barrios carentes de servicios básicos elementales y faltos de servicios educativos que aseguren la estimulación temprana y el desarrollo de habilidades para aprendizajes posteriores. En forma particular se pretende fortalecer iniciativas locales que favorezcan el desarrollo de una educación pública de calidad.
Para desarrollar la práctica pedagógica, en el 2007 se inició un dialogo con Fe y Alegría en busca de un apoyo técnico que permitiera que las docentes se capacitasen en lecto-escritura, lógico-matemática, planificación y evaluación, rincones de aprendizajes, talleres creativos, elaboración de recursos y materiales didácticos, importancia del juego trabajo y enfoque curricular del nivel inicial. Esta relación ha fortalecido el proyecto parroquial, pues los niños salen con una preparación más integral y madura de su primer proceso educativo.
Como fruto de este proceso alrededor de 300 niños y niñas han ya ingresado al sistema formal de educación inicial del Ministerio de Educación.
El P. Javier Vidal, párroco de estas parroquias, es la animación y sostén de las escuelitas. Él diligencia su apoyo económico y anima a familias y profesores. Él valora su carácter comunitario porque ellas permiten que sus padres salgan a trabajar dejando a sus hijos en lugar seguro y económico dentro del barrio. Permiten que los niños comiencen a socializarse desde temprana edad. Da la oportunidad que maestras, jóvenes universitarias, puedan costear sus estudios con los ingresos que reciben. Las parroquias les facilitan una catequesis bautismal que introduce a familias y niños en una dinámica de conversión y comunidad, elementos de gran valor para su crecimiento espiritual y humano. Por último y muy importante, es ocasión para que los padres y vecinos se unan a las organizaciones comunitarias.
La concesión de recursos económicos de los fondos concursables BID-SEE ha permitido a las escuelitas dar un salto cualitativo posesionándose, en varios casos, en la compra de las casitas, proporcionando preparación a los profesores, la adquisición de material pedagógico, y facilitando alimentos.