Ante la crisis bancaria, la Reserva Federal (FED) de Estados Unidos desacelero el endurecimiento de la política monetaria y en vez de aumentar la tasa de interés en 50 puntos básicos cono algunos habían adelantado, dispuso un incremento de 25 puntos.
Con esta medida la tasa de interés se sitúan en una horquilla de entre el 4,75 % y el 5 %, en medio de la crisis causada por el colapso de dos bancos en el país y el rescate de un tercero.
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Se trata del noveno aumento de los tipos en un año para combatir la inflación, aunque es menor que el anticipado por la Fed, que había hablado de acelerar el ritmo de las subidas cuando todavía no había estallado la crisis bancaria.
El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Fed, que tomó la decisión tras una reunión de dos días, aseguró que el “sistema bancario de EE.UU. es sano y resistente».