Federación de Campesinos: guardianes y empresarios

Federación de Campesinos: guardianes y empresarios

La búsqueda de modelos exitosos que conjuguen el desarrollo socioeconómico en zonas montañosas con el manejo adecuado del medio ambiente es una de las tareas prioritarias que han impuesto los nuevos tiempos, plagados de pobreza, destrucción de hábitats y otras calamidades. El trabajo de la Federación de Campesinos Hacia el Progreso (FCHP), en la zona del Alto Yuna,  es un ejemplo promisorio de progreso de esa meta.

La Federación es hija de la lucha librada por cientos de campesinos residentes en la mencionada zona, de las provincias Monseñor Noel, La Vega y Peravia, cuando tuvieron que enfrentar acciones inconsultas, en la construcción de la presa del río Blanco, los intentos de explotar una mina de oro en El Higo, lecho del río Blanco;  el intento de desalojo de los habitantes de las cuencas y los embates del huracán David.

En la marcha hacia el progreso, los moradores de esas cuencas fueron primero campesinos; agricultores y criadores que buscaban su subsistencia, a veces depredando el ambiente. Luego se convirtieron en guardianes de los recursos naturales, cuando por sus reflexiones, y la orientación y adiestramiento que le brindaron, se dieron cuenta de que los recursos naturales de la zona tenían que manejarse de manera  apropiada, y que a ellos les correspondía convertirse en los protagonistas principales. 

Un  decreto dictado en el año 1992 que ordenaba el desalojo de muchos habitantes de esa región, los puso en la disyuntiva de abandonar sus lugares, y dejar que empleados del Gobierno cuidaran las cuencas, o quedarse, asumiendo ellos su cuidado. Con la consigna de que se quedaban en sus lugares para vivir mejor, el 5 de abril de 1992, bajo la sombra de una mata de mango, en la sección Boca de Blanco,  se reunieron Williams Martínez, Domingo Leonardo, Espelagio Frías, Eusebio Leonardo, Antonio Tineo, Cándido Caba, Floirán Batista (Chicho), José Castillo, Fino Caba, Esteban Polanco (Mellizo), Adolfo Batista, Pedro González, y Félix Jerez, entre otros, como representantes de 10 asociaciones de las comunidades de la zona, y dejaron  fundada y constituida, la “Federación de Campesinos Hacia el Progreso”.  Con el tiempo, la Federación incorporó a personas de la valía de Aniana Vargas,  reconocida luchadora a favor de las buenas causas,  que aumentó el liderazgo y visibilidad de la Federación, y concitó la colaboración de muchos.

El deseo de los miembros de la Federación de incorporarse al cuidado y manejo apropiado del medio ambiente, les hicieron emprender proyectos de producción de abono orgánico, crianza de pollos, chivos y conejos en cautiverio, establecimiento de viveros,  participación activa en jornadas de reforestación, control de incendios y denuncia de talas de árboles. Esas actividades les hicieron ver que  podían emprender proyectos mayores, pero que tenían que mejorar la estructura y procesos de su organización.

A su favor todavía está la presencia de las 10 asociaciones, que tratan de cubrir gran parte del territorio de las cuencas de los ríos Yuna y Blanco, y de sus respectivos comités, así como un  proceso de mucho potencial, que sigue llamando la atención de los trabajadores del desarrollo que los visitan, y es que todos los últimos sábados del mes, sin necesidad de convocatoria, delegados de las asociaciones  se descuelgan de los rincones de las montañas, para reunirse en talleres de consulta, adiestramiento y programación.

Esos talleres, promovidos y organizados por el ya fallecido y recordado Guillermo de la Rosa, sirvieron para adiestrar a los delegados de la Federación y otros miembros en la ejecución de un diagnóstico participativo que  ahondara el conocimiento de los recursos de la zona y las limitaciones y problemas que la afectaban a ella, y a sus residentes. El diagnóstico, ejecutado con disciplina por personas que nunca lo habían hecho, algunos hasta iletrados, condujo a la elaboración de un plan de acción, cuyas líneas generales marcan hoy día las actividades de la organización. La Federación resalta la colaboración de varios profesionales en estos procesos, entre ellos Luis Carvajal, Milton Martínez, Luisa Balbuena, Fidelio Despradel, Chiqui Vicioso, Domingo Abreu y Domingo Marte.

Los esfuerzos anteriores comenzaron a rendir frutos. La FCHP realizó acuerdos de trabajo y consiguió la colaboración de varias instituciones locales e internacionales.  Todavía seguían siendo campesinos y guardianes, pero ahora se les abrían puertas para desarrollarse también como empresarios. A la Federación se le transfirieron en usufructo, en Hoyo del Pino,  las antiguas instalaciones usadas por el INDHRI y los constructores de la hidroeléctrica de Blanco, y en ella abrieron una escuela de artesanía, salones para eventos de capacitación, que son usadas para sus miembros y para alquilarlas a terceros; un comedor acogedor, dormitorios para estudiantes, granja de conejos y un museo en construcción. La Federación menciona los aportes de Freddy Ginebra, el general (R) Soto Jiménez y otros. En esas  instalaciones han establecido también un beneficiado ecológico de café, con equipos e infraestructuras adecuadas, y un moderno invernadero de 2,500 metros cuadrados, que se aprestan a sembrar de ajíes y otros vegetales para la venta.

Iniciativas ecoturísticas.  Con la ayuda de la USAID y la Comunidad Económica Europea, la federación remodeló una vivienda del antiguo complejo del INDRHI, y la convirtió en la llamada “Estancia del Río”, con cinco habitaciones, cada una con su baño, ambientada en  bambú y rodeada por una vegetación exuberante. Detrás de la estancia comienza el Sendero del Higo, que desciende sinuoso hasta las aguas refrescantes y cristalinas  del río Blanco, abotonado con charcos y adornado por piedras gigantescas.  El baño en ese ambiente es imperativo.

Los turistas que se alojan en la Estancia del Río, tienen a su disposición un comedor anexo, y también se le brinda la opción de alojarse, por lo menos una noche, en compañía de una de las 10 familias, cuyas casas la federación, con ayuda del PPS, ha ayudado a que se equipen con baños interiores, piso y techo. La familia de German Durán y Yanneris, participan de esta experiencia, que califican como positiva y la resumen así:

“Llevamos a los turistas a que conozcan las matas de café y cacao y les explicamos cómo se preparan los productos que nos bebemos. A ellos les gusta tirar fotos, muchas fotos. En la cena les ponemos frutas, jugos, pan, leche, café, y a veces víveres, pero ellos comen poco. Cuando se van a acostar les preguntamos que si quieren mosquiteros, y muchos lo aceptan. El desayuno es casi igual que la cena, pero les ponemos queso frito y mantequilla”.  Preguntados de cómo se comunican con las personas que  no hablan español Yanneris contesta que  por señas, la mayor parte de las veces, pero German interrumpe y dice ufano que su mujer ‘manipula’  también otros idiomas.  “Sí, asiente ella, cuando los turistas llegan les digo bienvenidos, benvenuti y welcome”.  Ella sabe que en italiano el tomate se llama ‘pomodoro’, pero se queja de lo complicado que es el francés y sólo entiende cuando le  dicen ‘combien’ (cuánto).  Una familia  puede tener ingresos de hasta RD$3,400 por pareja de  turistas.

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Un recorrido por el río Yuna

La Federación opera el Sendero del Alto Yuna, de 22 kilómetros, que se inicia en Los Toritos, cerca de Rancho Arriba, y llega hasta Boca de Blanco, en un recorrido por el río Yuna, a veces por la orilla, y cruzándolo cerca de 50 veces, en comunión con helechos, bromelias, grandes árboles que a veces oscurecen el camino, y el gorjeo de diferentes aves.  Para apreciar mejor el recorrido, los turistas pueden tomarse dos días, por lo que la Federación hace arreglos para que los visitantes pernocten en “Piedra de Los Veganos”, donde la Federación, con el auxilio del PPS, ha instalado una hidroeléctrica de 18 kilos que abastece de energía permanente a esa comunidad y a Los Novillos. La directiva actual de la FCHP está compuesta por Domingo Leonardo, presidente; Adelaida Núñez, secretaria; Fino Caba, tesorero; Esteban Polanco, encargado de proyectos; Ángel Lluberes, Recursos Naturales; Francisco Bonifacio, Francisco Batista y Miguel García. La FCHP es un activo que todos los interesados en el desarrollo sostenible deben  valorar y mejorar.  La conformación y maduración de una organización de campesinos, guardianes y empresarios, no es fácil de conseguir, pero esa federación ha mostrado que es posible.

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