Federer vence a Hewit y entra a 8vos de finales Abierto USA Tenis

Federer vence a Hewit y entra a 8vos de finales Abierto USA Tenis

Nueva York,  (EFE). El suizo Roger Federer, primer jugador del mundo, respondió con determinación a la advertencia del australiano Lleyton Hewitt, que se apuntó el primer set y obligó al campeón a acelerar el paso para situarse en los octavos de final del Abierto de Estados Unidos.

Dos clásicos del circuito se dieron cita en la sesión matinal del recinto Arthur Ashe Stadium. La mejor raqueta de la historia ante un ex dominador del circuito. Un ex campeón que, a sus veintiocho años, distanciado de sus mejores tiempos, busca rememorar tiempos de gloria.

Roger Federer y Lleyton Hewitt acumulan, con esta, veinticuatro citas. La victoria del helvético por 4-6, 6-3, 7-5 y 6-4 es la decimocuarta consecutiva. La última vez que el australiano venció fue en 2003, en la eliminatoria de Copa Davis entre Suiza y Australia, en Melburne.

No obstante, la consecución del primer set alivió algo las estadísticas de Hewitt, que no arrebataba una manga al número uno del mundo desde 2007, cuando coincidieron en el Masters Series de Cincinnati.

El tercer enfrentamiento de ambos en el Abierto de Estados Unidos, incluida la final de 2004, que supuso el segundo título en Nueva York del número uno del mundo, tuvo síntomas de advertencia en el inicio.

Con su mujer Mirka Vavrinek en el palco por primera vez desde que dio a luz a las gemelas Charlene Riva y Myla Rose, Federer se relajó en cuanto adoptó una renta de 4-2.

Pero, del Hewitt que llegó a ser el dominador del circuito en el 2002 queda aún el orgullo. Sobre todo en citas como éstas. Se anotó cuatro juegos seguidos y lanzó el puño al aire. Rabia y felicidad por la ventaja lograda.

Suele reaccionar con firmeza el suizo, en cuanto ve el marcador en contra. Lo hizo ante Hewitt, que recuperó provisionalmente el pulso del partido en el tercero. Pero en cuanto Federer hizo break, todo le resultó más fácil. El australiano ya andaba con las fuerzas justas.

Federer, que con su triunfo en la tercera eliminatoria se garantiza salir del último Grand Slam del curso como número uno del mundo, jugará los octavos de final ante el vencedor del choque entre el estadounidense James Blake y el español Tommy Robredo, que cerrará la sesión nocturna

Jesse Witten, un desconocido en el circuito profesional, fijado por la ATP en el puesto 276 del ránking mundial, puso en entredicho al serbio Novak Djokovic, cuarta raqueta del mundo, que padeció un calvario para superar la tercera ronda del Abierto de Estados Unidos 6-7(2), 6-3, 7-6(2) y 6-4.

El tenista de Florida, de veintiséis años, con aspecto poco cuidado, sobrado de kilos, tuteó al balcánico, aspirante, finalista hace dos años, descentrado por la resistencia del rival y la adversidad de la grada, fiel a su representante.

Uno y otro transitan por polos opuestos. Viven en polos opuestos. La presencia de Witten en el cuadro principal fue una sorpresa. Llegó de la previa y las insospechadas victorias ante el ruso Igor Andreev (6-4, 6-0 y 6-2), en primera ronda y contra el argentino Máximo González (6-7, 6-4, 7-5 y 6-2) en segunda, han sido los únicos resultados positivos en la temporada del norteamericano, que no había ganado un encuentro en el circuito antes de llegar a Flushing Meadows.

Witten, con un juego alocado y sin dirección, a base de golpes suicidas, se gana la vida en los challengers y futures. Por segunda vez compite en Nueva York.

Zoom

Pasó un calvario

Jokovic pasó un mal rato ante el tenista con el ránking más bajo en la tercera ronda del último Grand Slam del curso desde el suizo Marco Chiudinelli, hace tres años, que lo disputó con el 306.    El serbio, cuarto del mundo, que siempre ha alcanzado en Nueva York la tercera eliminatoria, en los cinco que ha disputado, y en los dos últimos estuvo, al menos, en la semifinal, jugó desorientado. Se enredó en un duelo que contempló como un trámite y fue incapaz de templar la tensión durante algunos momentos. Eso enervó al público. Que le dejó de lado.   Con el marcador contra corriente y la pérdida del primer set, el balcánico jugó atenazado. Con vértigo. Sólo la falta de calidad de su rival le privó de un disgusto mayor.

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