SANTIAGO. Jocoso, de buen humor y autodidacta, es el hombre que asume con mucha responsabilidad la idea de que todo lo que es en la música se lo debe al bolero. Morirá cantando ese género y su público va a tener que soportarlo por muchos años más.
Así es José Feliciano, quien confesó no gustarle el tango, pero sí la música cubana, y que le apena que a Olga Guillot no le hayan hecho ningún homenaje.
Yo conozco de las injusticias que nosotros los artistas pasamos en este medio, pero no he visto mayor injusticia que la que se ha cometido con la Guillot, que nadie le reconoce todos los años que ha dedicado a la música, al buen bolero, dijo.
Y en tono casi de chiste, pero muy en serio, insinúo que el premio lo Nuestro nunca ha reconocido a Olga Guillot, que se lo merece más que cualquier artista de esos que ellos endiosan.
Dentro de las pocas desilusiones que ha tenido, el artista menciona la apatía de Juan Luis Guerra a grabar con él, a pesar de que prácticamente lo ha insinuado.
He tratado de grabar un disco con Juan Luis Guerra, el más grande artista dominicano, indiscutiblemente que es el mejor, pero él prefiere grabar con Maná y con otros artistas, no conmigo. Ahora el día que el quiera pues yo encantado, expresó.
En un encuentro con los participantes en el III Congreso de Música e Identidad en el Caribe, dedicado al bolero, expuso que siempre le ha sorprendido que los compositores dominicanos, aun siendo tan buenos, no hayan adquirido mayor fama, y manifestó que los dominicanos tienen que trabajar más por la identidad cultural, internacionalizando el bolero.
Antes de convertirse en el exitoso cantante de bolero, la vida de José Feliciano se concentró desde los cinco años en Nueva York, donde aprendió a tocar la guitarra y tocó acordeón a los 9 años, razón por la que insiste en que se considera más guitarrista que cantante. Yo estudiaba jazz y en verdad esa fue la primera música que escuché y desde los nueve a 12 años yo aprendí a tocar la guitarra solo, escuchando a los guitarristas, así fue como aprendí.