El pentágono de la seguridad multidimensional que encierra en sí mismo el anhelado círculo de la felicidad ciudadana contempla uno de sus lados denominado seguridad de acceso a bienes y servicios, función de la cual se define también ese ideal de la persona como la capacidad que esta tenga de poder satisfacer las demandas que para el apropiado confort de estos tiempos se presenten. Un ciudadano puede disfrutar de los 4 primeros lados del pentágono de la felicidad o seguridad multidimensional: seguridad alimentaria, seguridad social, seguridad ciudadana y seguridad nacional. Sin embargo, si este no dispone de bienes y servicios en función de los cuales está configurada la presente sociedad, tales como energía, transporte, telecomunicaciones, recreación, vivienda, agua potable, medio ambiente saludable, entre otros, faltaría entonces un lado sine qua non para disfrutar de un clima de felicidad ciudadana que a su vez debe ser el propósito de todo gobernante para sus gobernados. La naturaleza propietaria de las fuentes a través de los cuales las autoridades viabilizarían el acceso a bienes y servicios para la felicidad de sus ciudadanos, poco importa siempre y cuando la persona sea el centro y no el mercado. Quiere decir que si para un ciudadano tener energía eléctrica el Estado debe poseer las empresas que las suministra, debe hacerse. Al ciudadano no le importa quién es el dueño del acueducto de donde se abastece de agua potable, solo quiere agua en su casa cada vez que la necesite. Del mismo modo, si por razones de limitada producción de un determinado rubro se hace necesario acudir a importaciones, siempre con el principio de producir localmente lo que el país demanda, es preciso hacerlo, pues por encima de la economía, de las ideologías y de los paradigmas establecidos, debe estar el ser humano y la sostenibilidad del mismo.