La firma de sondeos Barómetro Latinoamericano divulgó su última encuesta el 21 de este mes donde expone que la mayor confianza ciudadana la generan la Iglesia Católica con un 79%, seguida por los estudiantes 78%, bancos 59%, Junta Central Electoral 55% y medios de comunicación 55%, una inmensa satisfacción para el suscrito porque los comunicadores nos nivelan con el enjundioso y responsable servicio al país del doctor Roberto Rosario Márquez.
Los institutos armados tienen un 44% de confianza en la ciudadanía, y mucho lo “jallo” con las inconductas que todos sabemos ejecutan los militares en la frontera; Poder Judicial 39%; Congreso 34%; políticos 30%; sindicatos 28% y en la cofia, la Policía con 36%.
Con apreciaciones de niveles tan bajos con los cuales la ciudadanía percibe a quienes se presume tienen la obligación de defenderla, una visión de felicidad se dificulta y se difumina.
Al siguiente día, Barómetro Latinoamericano publicó otro segmento de su sondeo donde revela que la población dominicana es la más feliz de Latinoamérica, punteando un 88%, superior a Panamá que tiene un sostenido crecimiento del PIB superior al 5%; Costa Rica, el país que junto a Cuba, Chile y Uruguay no tienen analfabetos; México la primera economía LA, Brasil, la segunda economía de LA y Argentina, la tercera economía LA.
Resulta endemoniado consensuar con este sondeo, cuando percibimos la extensión de la indefensión ciudadana del 22%, es decir, 2.2 millones en el umbral de la miseria y un 40% pendulando entre la pobreza y la zozobra económica, con una clase media a la deriva de sobrevivir por el cada vez mayor costo de la canasta familiar, que convierte a los supermercados, colmados y pulperías en el terror del pueblo, idéntico al gobierno del presidente Hipólito Mejía.